falta de credibilidad

La cólera popular se desborda

400 vecinos increpan a la concejala Mercè Homs en una tensa reunión

RAMON COMORERA
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Pocas veces ha quedado más clara que anoche, en un abarrotado centro cívico de la Barceloneta, la falta de credibilidad de un político y de toda una institución así como el nivel máximo, sin exagerar, que ha alcanzado la ira popular en este barrio por los problemas que causa el turismo incívico, masivo y sin control. La concejala convergente de Ciutat Vella, Mercè Homs, fue increpada sin respiro durante dos largas y tensas horas por 400 vecinos que exigían, muchas veces a gritos y con atronadores aplausos para las intervenciones más apasionadas, «soluciones y no palabras».

Tras semejante diluvio verbal, paralelo al acuoso que caía e inundaba a esa misma hora las calles, y que en algún momento incluso pareció que podría acabar mal por la actitud de algunas personas más que exaltadas, Homs fue despedida con fuertes gritos de «fuera» y «dimisión».

MALESTAR PROFUNDO / A tenor de lo escuchado y visto en esa cita convocada por la propia concejala para explicar, en una comparecencia insólitamente a pecho descubierto, sus medidas contra los abusos de los turistas, el malestar de los vecinos es más que profundo y la revuelta no ha hecho más que empezar. Varias decenas de personas de todas las edades tomaron la palabra, aparte de otras muchas que hablaban y gritaban al mismo tiempo, para exigir la «erradicación inmediata y total de los pisos turísticos», tanto de los varios centenares que son ilegales como de los 70 que cuentan con licencia.

Homs había dicho que quería oír las quejas y las propuestas de los afectados y que quería responder con las medidas que tomará o estudiará para atajar los abusos. Lo primero, aunque fuera en medio de un notable caos, a fe que se cumplió. Y ella intentó organizar tomando algunas notas. Lo segundo fue prácticamente imposible porque nadie creía sus palabras, vagas es cierto en muchas respuestas, y así las increpaciones múltiples y solapadas volvían a adueñarse de la que era en todos los sentidos una sala tórrida.

Vecinos de siempre de la Barceloneta que reivindicaban con orgullo esta condición y que querían mantenarla también para sus hijos explicaron todo tipo de situaciones conflictivas vividas a causa del turismo de borrachera que se ha adueñado de muchas escaleras. El malestar por no poder dormir un día tras otro, por los desmanes que se producen en los portales y ascensores así como en las calles fue descrito una y otra vez por los asistentes. Algunos de ellos llevaban además pancartas en las que pedían que la rebelión contra este modelo de turismo depredador se extienda por toda Barcelona.

Nadie se fue satisfecho y los comentarios fueron que la movilización debe ir en aumento y que la primera ocasión para actuar es la nueva manifestación convocada hoy mismo. En la Barceloneta, Homs y todo el gobierno del alcalde Xavier Trias tienen un gran problema.