CONFLICTO EN SANT ANDREU

Los padres exigen una solución al bloqueo del cole de La Maquinista

Participantes en el encierro familiar en el colegio La Maquinista, ayer.

Participantes en el encierro familiar en el colegio La Maquinista, ayer.

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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Tras seis años de lucha para reivindicar la construcción definitiva del colegio, las familias de La Maquinista decidieron ayer dar un paso más en su movilización y encerrarse de forma simbólica en el centro escolar para mostrar hasta dónde llega su preocupación y enfado ante una situación que no pueden creer más injusta. El centro lleva en barracones dos trienios y van camino de ser la primera escuela de Barcelona donde una generación de niños cursará toda la primaria en módulos prefabricados, sin conocer una escuela de ladrillo. El anuncio de que el centro comercial pagará la construcción del colegio -como recompensa por el permiso municipal para su ampliación- pareció poner punto final a una larga travesía por el desierto de la educación en barracones, pero aún surgió un último problema, que no ha sido resuelto: la ubicación provisional de los barracones para poderlos sustituir por la escuela definitiva.

En un primer momento se habló de la posibilidad de trasladar la escuela durante los tres años que se prevé que se alargue la obra -tiempo largo, ya que bajo la escuela, el centro comercial construirá un párking- a un solar en la calle de Potosí, ubicación que no gustó en absoluto a las familias del colegio, al estar alejada de la actual, cerca de una gasolinera y también de las obras de La Sagrera. «Los niños ya han aguantado seis años en un colegio en barracones para encima, ahora, llevarlos a un lugar alejado y con todas las molestias de unas obras», aseguran los portavoces de la ampa, que ayer durmieron en el colegio en una jornada de protesta lúdica, que se alargará durante todo el día de hoy con actividades para los niños del centro y del resto del barrio.

Ante el rechazo absoluto al primer emplazamiento, los padres insisten en que el centro necesita «una ubicación próxima, con infraestructura suficiente para una escuela hasta sexto, y en un espacio urbanizado y libre de las molestias propias de una obra», todo lo que, a su entender, no cumple el terreno de Potosí. El municipio puso sobre la mesa la posibilidad de llevar los barracones al parque de La Maquinista, idea que encantó a la escuela pero que soliviantó a los vecinos del lugar, que sintieron como el distrito les robaba «la única parte digna de la barriada». «Los barracones se van a meter en nuestros balcones. No estamos dispuestos a permitirlo», resumen los vecinos del parque, que en las últimas semanas se han manifestado cortando la calle varias veces.

DECISIÓN ESTANCADA / Ante esta oposición, el distrito paró también esa decisión, y lleva desde entonces, hace un par de meses, estudiando la ubicación definitiva. «Se acaba el curso y, pese a las conversaciones y concentraciones realizadas por la comunidad educativa, hasta el momento no tenemos ninguna respuesta. El 1 de septiembre la escuela debe haberse trasladado y en condiciones óptimas para iniciar el curso con normalidad, por eso nos encerramos», dice una portavoz de las familias, que no entiende la «insolidaridad» de los vecinos del parque de La Maquinista. «¡Se trata de un colegio, y de algo temporal!», exclama.

Los vecinos del parque, por su parte, insisten en que también llevan mucho aguantado, ya que el estallido de la burbuja inmobiliaria hizo que la zona en la que compraron el piso no sea ahora la esperada -y por la que pagaron- e insisten en que hay otros solares.