Análisis

Argumentos positivos para la esperanza

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EDUARDO DE VICENTE

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Me niego a unirme a esa corriente apocalíptica que piensa que los días del cine están acabándose. De sobras son conocidos los problemas que acucian a la industria aunque uno de ellos sea tan vergonzoso como fácilmente subsanable (hablo, por supuesto, del sonrojante 21 % del IVA cultural que se ve desde Europa con estupor). Atravesamos por eso que llaman una crisis y este sector está siendo de los más perjudicados. Los cinéfilos sufrimos cada vez que se anuncia un cierre porque con él desaparece parte de nuestra educación sentimental, nuestros recuerdos, nuestro Cinema Paradiso particular y sentimos un cierto alivio cuando se convierten en teatros. Pero más allá de la exhibición cinematográfica está el edificio. ¿Cómo puede permitirse que el histórico y emblemático Alexandra con un interior repleto de detalles artísticos sea material de derribo? ¡Ah, claro! Es que necesitamos más hoteles de lujo y tiendas de diseño...

Frente a tanta adversidad debemos analizar también los elementos positivos, que los hay y muchos, para tener esperanza. Están cerrándose muchas salas, es cierto, pero no se dice que tras cada local que baja la persiana hay unos cuantos empresarios de cine pugnando por hacerse con él. En Barcelona resulta algo más difícil por el elevado precio de los alquileres pero miremos más allá. Dos ejemplos recientes: en los últimos meses se despidieron de la cartelera de comarcas los Filmax Castelldefels y los Lauren Costa Brava que, en un tiempo récord, se transformaron en los Yelmo Castelldefels y los Ocine Blanes. En los últimos meses, en Cambrils ha nacido el Rambla de l'Art, los Cornellà Full HD (con unas envidiables recaudaciones) han abierto diez salas más, en Cardedeu triunfa el Esbarjo-Verdi en versión original y se ha reabierto el Bosc en Vilanova i la Geltrú.

En Barcelona, el Grup Balañá sigue manteniendo abierta su joya de la corona, el Aribau, el cine de mayor aforo de la ciudad, y recientemente apostó por la versión original con el Balmes Multicines. También ha nacido una propuesta diferenciada, el cine-bistrot Zumzeig. Hace un año resucitó el Boliche y ahora se anuncia la recuperación del Lauren Gràcia. ¿De verdad alguien cree que hay tanto empresario loco por tirar el dinero? ¿O, a lo mejor, ellos también creen en el futuro?