JORDI CASSASSAS, HISTORIADOR

«Nuestra propuesta no es independentista»

Jordi Casassas, en la escalinata de acceso al Ateneu, en el Palau del Baró Sabassona.

Jordi Casassas, en la escalinata de acceso al Ateneu, en el Palau del Baró Sabassona.

C.S.
BARCELONA

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Jordi Casassas es catedrático de Historia Contemporánea en la Universitat de Barcelona. Su último ensayo versa sobre el futuro del catalanismo. La campaña que defiende se titula Idees, país, món. El teu Ateneu e invita a participar a todos los socios con la iniciativa Digues la teva! (www.elteuateneu.cat)

-¿Cómo define al Ateneu?

-Es una de las principales instituciones culturales de la ciudad. Su proyección va más allá de la propia Barcelona. Una trayectoria de más de 150 años lo avala como lugar de diálogo, de tolerancia, de estudio y de proyección cultural en el mundo.

-¿En qué basa su propuesta?

-En aportar un aire nuevo: una gestión más democrática y una adecuación a los cambios que se están produciendo en Catalunya poniendo especial énfasis en el proceso soberanista, pero sin descuidar otros aspectos que envuelven a la sensibilidad social. El Ateneu no puede ser un receptor pasivo de ideas.

-Habla de independentismo.

-Nuestra propuesta no es independentista. Respetamos la pluralidad, pero estamos a favor de que se celebre el referendo. Es más, este tema se debe de debatir en el Ateneu para contribuir en la mejora del país

-¿Qué papel juega esta institución en la sociedad barcelonesa?

-El Ateneu tiene la responsabilidad de ser un buen aparador de la dinámica cultural barcelonesa, catalana y mundial. Como entidad, tiene potencial para generar opinión y fuerza para poner de manifiesto los problemas de nuestra sociedad. Su compromiso es con la cultura catalana en todas sus manifestaciones, sobre todo las que proceden de jóvenes.

-¿Cuál es su prioridad?

-Que la vida asociativa sea  como una escuela de democracia. Hemos de saber combinar la compleja gestión que precisa una entidad de 4.000 socios con todo lo que eso representa con la imprescindible democratización de la nueva etapa. En estos momentos es la sociedad civil la que se organiza y acaba empujando la actividad y las iniciativas que en estos momentos no asumen las instituciones públicas y los partidos políticos.

-¿Qué recuerdos emotivos guarda de sus más de 30 años como socio?

-El haber conocido y escuchado a intelectuales como el bibliotecario Jeroni Guillén, el político Jordi Maragall y el filósofo Francesc Gomà. Con impacto, no olvido que en el Ateneu fue donde me enteré de la entrada de Tejero en las Cortes españolas. Era un mediodía, me acuerdo bien.

-¿Se puede hablar de todo en las tertulias, conferencias y mesas redondas que convoca el Ateneu?

-En principio sí, pero toda libertad precisa de una responsabilidad y de no traspasar unos límites. Hablar de según qué cuestiones puede derivar en una apología de temas contrarios a los derechos fundamentales o que crean susceptibilidades en la sensibilidad media. De entrada pondría alguna objeción.

-¿A qué temas se refiere?

-Lo que no permitiría son apologías del racismo, del totalitarismo y de las desigualdades sociales. Hay una línea que no se debe cruzar.