UNA FINCA MALDITA DE SARRIÀ-SANT GERVASI

El viejo auditorio Manén resucitará en diciembre convertido en cine

Las vallas de obras, el miércoles, ante las nuevas multisalas de cine de Balmes, en el cruce con Castanyer.

Las vallas de obras, el miércoles, ante las nuevas multisalas de cine de Balmes, en el cruce con Castanyer.

CRISTINA SAVALL
BARCELONA

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El edificio del auditorio Manén, un proyecto desafortunado, olvidado y abandonado durante más de medio siglo en el cruce de la calle de Balmes con Castanyer, por fin abrirá sus puertas a finales de este año, antes de la campaña navideña, transformado en 12 multisalas de cine dedicadas a la proyección de películas en versión original, como ya anuncia en su vidriada fachada.

Propiedad del grupo Balañá desde 1962, esta finca comenzó a edificarse en 1954, cuando el violinista y  compositor barcelonés Joan Manén (1883-1971) financió la construcción de dos salas de conciertos que, de haberse terminado, hubiesen aportado a la ciudad dos aforos con capacidad para 1.500 y 500 personas. El objetivo era ampliar una oferta que entonces centralizaban el Gran Teatre del Liceu y el Palau de la Música.

El dinero con el que contaba Manén procedía de unas plantaciones en Cuba, pero los ingresos se evaporaron en 1959 al ganar la revolución castrista, que incautó sus propiedades en la isla caribeña. Sin éxito, Manén intentó convencer al alcalde José María de Porcioles de que salvara su proyecto y lo sufragara. Así, las obras quedaron inacabadas durante décadas con cuatro plantas a medio construir hasta su demolición en el año 2000, cuando el grupo Balañá se propuso que la finca se transformara en un gran complejo de ocio.

A LA ESPERA DE DESTINO / Balañá, empresa propietaria de salas tan emblemáticas como el Coliseum y el Tívoli, encargó en el 2001 el proyecto de las multisalas a los arquitectos Enric y Roger Mir, pero las obras tardaron en iniciarse con repetitivos retrasos. No es el único local propiedad de Balañá que ha estado tiempo anclado en la sala de espera. La Monumental, adquirida por Pedro Balañá en 1947, está pendiente de destino desde su cierre en el 2012 al entrar en vigor la prohibición de las corridas de toros en Catalunya, aprobada por el Parlament en julio del 2010. Otro de sus inmuebles a la espera de destino es el fantasmagórico Palau del Cinema de Via Laietana, que bajó la persiana en el 2001.

Enric y Roger Mir ya han diseñado los planos de otras multisalas pertenecientes al grupo Balañá. Entre ellas, Las Arenas, abiertas en el 2011 dentro de la antigua plaza de toros convertida en centro comercial. También se encargaron de la remodelación de Bosque Multicinemes con nueve salas; del Gran Sarrià, con ocho, y la reforma de El Dorado.

La apertura de las 12 salas de Sarrià-Sant Gervasi coincide este año con la reciente inauguración en Hostafrancs de Zumzeig, otro espacio cinematográfico de películas en versión original. Buenas noticias para una ciudad en la que han desaparecido tantos cines.