Los detalles del estudio preliminar de una ambiciosa idea

BCN aspira a vertebrar el país con su candidatura olímpica del 2022

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

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Barcelona se ha acostumbrado a ganar. Quién sabe si demasiado. De ahí ese miedo a que cualquier derrota empañe unos galones que empezaron a llenar hombreras con el empuje olímpico del 92. Con una prosperidad quizás apalancada en exceso sobre el turismo, todo lo que huela a novedad genera vértigo y sudor frío. Hay que cuidar la marca, aunque sea a costa de sucumbir a la rutina. En ese contexto nace la candidatura de Barcelona-Pirineu 2022, proyecto a muy largo plazo en el que no solo el dinero está en juego en cantidades industriales, sino también el prestigio. De ahí que sus impulsores regalen frases de autosuperación como esta: «No se trata de hacerlo bien, sino de hacerlo mejor. No es suficiente con hacerlo como siempre, es imprescindible innovar». Es un fragmento del plan preliminar, trufado de buenas intenciones que buscan un triple objetivo: la vertebración de Catalunya, la modernización del Pirineo -para la ciudad no  prevé una «transformación radical»- y la proyección de una Barcelona poco dada a arriesgar.

La comisión técnica de los Juegos hizo un estudio de todas las pistas de esquí catalanas hasta concluir que las únicas bajadas a menos de dos horas de la capital con un desnivel superior a los 800 metros son las de La Molina-Masella, en la Cerdanya, a 154 kilómetros de plaza de Sant Jaume. Las cinco instalaciones en las que se realizarían las pruebas de esquí alpino, saltos, snowboard, freestyle, skeleton, bobsleigh, duatlón y luge requerirían una inversión de cerca de 280 millones de euros, según el informe. En su entorno se presenta el inconveniente de encontrar habitación para 3.575 personas. El problema del alojamiento en la montaña es el principal rival de Barcelona-Pirineu 2022, según admite el estudio, que también avisa de la escasa afición por los deportes de invierno. Se descarta empezar a levantar pisos a lo loco en plena montaña. Por suerte, la zona está blindada contra el ladrillo. De este modo, la candidatura plantea dispersar a los atletas, echando mano de la Cerdanya francesa, «chalets y apartamentos ya existentes en régimen de alquiler» o incluso el seminario de La Seu. Sí se construiría alguna villa olímpica, pero de reducidas dimensiones.

La propuesta preliminar de los Juegos invita a las administraciones -Ayuntamiento de Barcelona, Generalitat, diputaciones y municipios del Pirineo implicados- a lanzar un guiño a Madrid, esto es, a lograr «una dimensión española nítida, respetuosa y beneficiosa para todos». De hecho, será el Comité Olímpico Español quien, en el caso de que el proyecto siga adelante, valore en primera instancia el sueño de una ciudad que quiere ser la primera en tener en sus vitrinas unos Juegos Olímpicos de verano y otros de invierno.

EL CALENDARIO / La comisión técnica propone dos posibles fechas para el inicio de los Juegos. Podrían ser del 4 al 20 de febrero, o del 11 al 27 de febrero. La segunda opción es la que más se asemeja con lo que ha venido sucediendo en las últimas convocatorias. En todo caso, sería el COI quien decantaría la balanza.

Para buscar patrocinadores, está previsto crear una fundación público-privada que funcione como una plataforma empresarial socia del proyecto. De hecho, de los 21 millones necesarios hasta que el COI decida el ganador en julio del 2015, se espera que unos 14 salgan de bolsillos ajenos a la administración. También de los 1.200 millones que costaría la organización directa de los Juegos, 300 deberían salir de la iniciativa particular.

A este montante hay que sumarle la inversión en infraestructuras y movilidad. Son esos 2.058 millones de los que más de la mitad se destinarían a mejorar carreteras y al transporte ferroviario. El trayecto Barcelona-Puigcerdà dura hoy tres horas, un registro impresentable para el COI. Desdoblar vías, abrir carriles de circulación y mejorar la red interna de la Cerdanya son, en este sentido, casi tan importantes como la necesidad de que nieve cuando sea menester.

El informe intenta también despejar dudas sobre el día siguiente de los Juegos. Asegura que lo beneficios serán duraderos. Y que de los 28.400 puestos de trabajo que se crearán, 4.200 se quedarán de manera fija más allá del 2022.