MODIFICACIONES EN LA URBANIZCIÓN DEL CAJÓN DEL TREN

Sants rechaza la última versión para el cubrimiento de las vías

Aspecto actual del cubrimiento de las vías del AVE en la calle de Antoni de Capmany, en Sants, ayer.

Aspecto actual del cubrimiento de las vías del AVE en la calle de Antoni de Capmany, en Sants, ayer.

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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como una suerte de eterno retorno, los vecinos de Sants volvieron ayer a reunirse para debatir por enésima vez el espinoso asunto de la cobertura de las vías del AVE. No es que le hayan cogido vicio al asunto -llevan años dándole vueltas-, sino que es el gobierno local el que no se acaba de decidirse, pese a que los vecinos perciben que le corre prisa, dada la cantidad de reuniones que han mantenido en los últimos meses. La asamblea pretendía que los vecinos refrendaran la última versión del plan presentada por el municipio o, al contrario, iniciaran una nueva campaña para hacer oír sus peticiones. Se optó por la segunda opción.

La caja de los truenos la abrió el equipo de Hábitat Urbano cuando el pasado mes de abril anunció de forma unilateral -vía artículo en EL PERIÓDICO- que suprimiría los reivindicados taludes que preveía en plan anterior y copiaría el neoyorquino High Line. La noticia sentó como un jarro de agua, no fría, sino helada, en las asociaciones de vecinos de Badal-Brasil, de Hostafrancs, en el Centre Social de Sants, en la Comissió de Veïns de la Bordeta, en la Comissió de Veïns afectats per les obres de l'AVE y en la Plataforma pel Soterrament, entidades que llevaban años dejándose las pestañas entre planos para encontrar una solución de consenso. Nadie entendía como el nuevo gobierno local dinamitaba un plan ya consensuado por todos (CiU formaba parte de comisión de seguimiento que cerró el proyecto anterior y no se pronunció jamás en contra). «No se entendieron la formas ni el fondo. El proyecto eliminaba reivindicaciones básicas, como la eliminación del tráfico rodado en Antoni de Capmany. De hecho proponía esta calle como vía de desahogo para la calle de Sants», apunta uno de los líderes vecinales.

Después de que las entidades implicadas hicieran saltar todas las alarmas, técnicos y políticos se presentaron en Sants para limar asperezas. Hasta cinco reuniones han mantenido políticos, técnicos y vecinos después de que CiU hiciera saltar por los aires el proyecto de consenso, y en cada una de ellas los gobernantes han presentado cambios en el nuevo plan, alejándolo cada vez más de su propuesta con aires neoyorquinos y acercándola a las peticiones de los vecinos.

En la última versión del plan, ayer rechazada en asamblea, ya se habla de restricción de la circulación rodada en Antoni de Capmany y de un incremento en la accesibiliadad, aunque los vecinos lo consideran aún insuficiente.