OBJETO SIMBÓLICO PARA LA CEREMONIA DE CLAUSURA DE LOS JUEGOS

Un testigo olímpico 'made in Barcelona'SClB

André Ricard diseña el cilindro que Londres entregará a Río de Janeiro 2016

André Ricard sostiene el testigo diseñado para que Londres pase la responsabilidad olímpica a Río, el lunes.

André Ricard sostiene el testigo diseñado para que Londres pase la responsabilidad olímpica a Río, el lunes.

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

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El despacho de André Ricard es un bajo de Pedralbes lleno de recuerdos. Cuadros de buenos amigos artistas, libros, mobiliario que recoge una pequeña porción de la historia del diseño industrial y fotografías, muchas fotografías. En una de ellas se distingue, entre otros, a Javier Mariscal, padre de Cobi; Josep Maria Trias, creador del logo de los Juegos de Barcelona; Lluís Bassat, director de la ceremonia de inauguración, luciendo un bigote que lo hace irreconocible, y el propio Ricard, autor de la antorcha. A sus 83 años, este hombre de finas maneras no está para modas ni tonterías. Aunque no tanto por la edad como por la experiencia acumulada: el tiempo le ha enseñado a no casarse con nada para poder fijarse solo en la utilidad de las cosas. Modelar elementos que vayan más allá de la tendencia actual debió tener algo que ver en la decisión de ficharle para que volviera a participar en unos Juegos.

El pasado 16 de mayo, Françoise Zweifel, exdirectora del COI y actual asesora de los Juegos de Río de Janeiro del 2016, escribió a Ricard para encargarle el diseño de un elemento que simbolizara el traslado de la responsabilidad olímpica de Londres a la ciudad brasileña. «En Barcelona tuve dos años y aquí me daban 72 días. Parecía algo precipitado pero el reto era apasionante», confiesa este veterano hacedor de objetos presentes en muchos hogares, como el cenicero Copenhague o la cafetera Mini Moka. El resultado es un cilindro de titanio de las mismas dimensiones que el bastón usado por los atletas relevistas (30 centrímetros de largo y 4,5 de diámetro), pero con un peso ligeramente superior (700 gramos) «para darle más entidad».

MÁS VALE PREVENIR / Ricard mandó lo planos y las imágenes virtuales el 14 de junio, pero no recibió respuesta afirmativa del cliente hasta el 12 de julio. Por suerte, durante ese tiempo se encargó de buscar el equipo para elaborar la pieza con agilidad: material bilbaíno y modelaje, grabación y ensamblaje catalanes. El cilindro exhibe los anillos olímpicos con las dos ciudades a derecha e izquierda, y en la parte trasera están inscritas las anteriores sedes de los Juegos. Se han fabricado tres unidades, una para Río, una para Londres, que no recibió testigo alguno de Pekín, y una tercera para el COI, que podría colocarlo en el Museo Olímpico de Lausana para el que Ricard ya diseñó un pebetero, así como toda la señalización del interior del recinto.

Su vinculación con los Juegos va unida a su relación personal con Juan Antonio Samaranch. El desaparecido presidente del COI le encargó que diseñara las medallas conmemorativas del centenario del organismo, celebrado en 1994, y volvió a llamarle en el 2001, cuando dejó el cargo y le pidió que imaginara unas llaves para que fueran entregadas de manera simbólica al belga Jacques Rogge, actual máximo mandatario del olimpismo internacional.

ACTO POR CONFIRMAR / Cuándo y de qué manera se traspasará el testigo sigue siendo una incógnita, incluso para el propio diseñador. Serán Sebastian Coe y Carlos Arthur Nuzman, presidentes de los comités británico y brasileño, respectivamente, quienes protagonizarán la entrega del objeto. Podría ser durante la ceremonia de clausura de los Juegos de Londres, el 12 de agosto, ante la mirada de millones de espectadores de todo el mundo, o bien podría reservarse para un acto privado en algún hotel de la capital del Támesis. Sobra decir que a Ricard le gustaría contemplar su obra desde el salón de casa, pero eso escapa de sus manos.

Es lunes 30 de julio y André Ricard espera la llegada de un mensajero de UPS que deberá llevar sus rodillos a Londres. Coloca el objeto sobre su base, cierra el estuche de piel azulada sobre el que también ha trazado los anillos olímpicos y coloca el paquete en el medio de la mesa, no vaya a caerse. Cuando llegue el mensajero, él cogerá el testigo de las vacaciones estivales.

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