BALANCE DE UN DISPOSITIVO

La presión policial en el metro ahuyenta a 150 carteristas

Los hurtos han descendido el 19% desde que patrullan mossos y urbanos

Un interventor del metro se enfrenta a tres carteristas en junio del 2011.

Un interventor del metro se enfrenta a tres carteristas en junio del 2011.

EL PERIÓDICO / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El dispositivo de seguridad en el metro y el resto de transporte urbano de Barcelona puesto en marcha hace un año por los Mossos y la Guardia Urbana, conocido como Xarxa, ha logrado ahuyentar del suburbano a cerca de 150 carteristas habituales, que ya no actúan en la ciudad, casi la mitad de los que había en julio de 2011. Según explico ayer durante un balance de esta operación el comisario jefe de la Región Policial de Barcelona, Joan Carles Molinero, si hace un año tenían censados a unos 400 carteristas habituales en el metro, ahora hay unos 250, una cifra que va fluctuando.

Molinero se felicitó por lograr que la presión policial sobre estos ladrones no les haya hecho empezar a delinquir en otros puntos de la ciudad, en la superficie: «No hay un trasvase del delincuente habitual que trabaja en el metro a otros puntos de la ciudad», una cuestión que en principio les preocupaba que pudiera ocurrir. De hecho, los carteristas del suburbano están especializados, «trabajan con fineza y delicadeza» y difícilmente actúan en otros modos delictivos porque conocen bien las técnicas que aplican: taponar las salidas y pasos para aprovechar la confusión de la víctima y distraerle solicitándole indicaciones turísticas.

Normalmente estos delincuentes habituales, que en algún caso acumulan 50 detenciones en un año, son extranjeros, tienen entre 25 y 30 años y trabajan en grupos de tres o cuatro. «Son apátridas», definió Molinero, para referirse a que si no pueden actuar en Barcelona no tienen ningún problema en trasladarse a vivir a otras ciudades con menos presión policial.

EJES TURÍSTICOS / No obstante, el comisario admitió que también están investigando si estos grupos dejan la ciudad pero empiezan a utilizar otros puntos de la red de transporte catalana, como los ejes turísticos y la línea de tren que va hasta el aeropuerto de Barcelona, una línea que este verano tendrá más seguridad.

Por su parte, el intendente portavoz de la Guardia Urbana, Carles Reyner, destacó el efecto disuasorio que tiene la presencia de agentes locales uniformados en el metro desde que el pasado julio se sumaron a patrullar por el suburbano, lo que, dijo, se ha traducido en un descenso de delitos. En concreto, en el año de funcionamiento del dispositivo se han registrado 5.241 hechos delictivos menos que en el año precedente, una reducción del 19 %, y sitúa en 60 el número de delitos que se cometen cada día en el suburbano barcelonés, en su mayoría hurtos.