GUERRA JUDICIAL EN UN BLOQUE DEL BARRIO DE LES TRES TORRES

Marqueses del ruido

La fiscalía pide 4 años de cárcel para un matrimonio de aristócratas que instaló cadenas de música y alarmas para molestar a sus vecinos

El edificio del conflicto  Bloque de la calle del Doctor Carulla.

El edificio del conflicto Bloque de la calle del Doctor Carulla.

J. G. ALBALAT / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Radiocasetes escondidos en armarios y minicadenas de música con los altavoces dirigidos al piso de arriba. Sirenas de alarma en un falso techo. En una habitación, dentro de un baño, en el despacho, en un pasillo, distribuidos a lo largo del piso. Todo para provocar ruidos que molestaran, sobre todo por la noche, a los vecinos del piso superior. Desde el 2005 hasta el 8 de diciembre del 2008, nada menos. El fiscal de Barcelona Antoni Pelegrí ha presentado en el juzgado que ha investigado el suceso su escrito de acusación y reclama para J. F. S. y M. C. R., los aristócratas cuatro años de prisión por un delito continuado de coacciones y otro contra el medio ambiente, así como el pago de una indemnización de 30.000 euros a los afectados en concepto de daños morales.

La guerra entre las dos familias de la finca de la calle de Doctor Carulla, en el barrio de Les Tres Torres, se remonta al 2003, cuando los ahora acusados, los aristócratas, denunciaron ante la justicia a sus vecinos y en la actualidad víctimas, Roberto Sont y Cristina Colomer. Les atribuían fenómenos extraños, como que la radio se encendiera sola, que oían voces y que la tele se ponía en marcha sin que nadie se acercara a ella.

Aquella denuncia relataba que cuando los marqueses quisieron denunciar los hechos por teléfono a la policía oyeron las mismas voces que en la radio y que se cortaba la comunicación. Un día, al acostarse, escucharon un ruido similar a un disparo y, según su versión, a partir de entonces empezaron a sentir vibraciones en el cuerpo. Sufrían zumbidos, ahogos, mareos y presión craneal. Algunos testigos llegaron a corroborarlo.

El inicio del caso

El matrimonio de aristócratas estaba convencido de que estos efectos eran producto de radiaciones electromagnéticas producidas por una válvula que generaba como un chorro de microondas. Un juez abrió una investigación y registró la casa de los vecinos que supuestamente emitían esas ondas. No se encontró nada y el pleito se archivó.

Sin embargo, la disputa entre las dos familias ha continuado. Los acusados han pasado a ser denunciantes y los denunciantes a ser acusados. Los marqueses, que ahora ya no viven en el edificio de Les Tres Torres, están a un paso de sentarse en el banquillo. El fiscal sostiene que el matrimonio pretendía que sus vecinos abandonaran la vivienda y provocó ruidos desde su domicilio.

Las emisiones sonoras, por encima de lo permitido por la ley, las provocaban, sobre todo, por la noche o la madrugada, para «así impedir el correcto descanso». La mediciones desvelaron que el nivel estaba por encima de lo que establece la ley. Con este proceder, según la acusación, «ponían en peligro la salud física o psíquica de los vecinos del citado piso». La abogada de los marqueses, Lidia Falcón, aseguró a EL PERIÓDICO que este relato es una «petición fiscal que no constituye prueba de nada en absoluto y se demostrará en el juicio que los señores F. no han presionado a nadie, sino que han sido objeto de agresiones a nivel de radiaciones». Los vecinos afectados han preferido no ofrecer su versión a este diario.