POLÉMICA EN EL BARRIO DE SANT PERE, SANTA CATERINA I LA RIBERA

¿Con o sin redadas?

Nueva versión 8 Imagen donde ha sido tapada la palabra redada.

Nueva versión 8 Imagen donde ha sido tapada la palabra redada.

PATRICIA CASTÁN
BARCELONA

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El miércoles pasado, el barrio de Sant Pere estrenó instalación artístico reivindicativa. Era firme y clara. La coronaban lemas como«stop redadas, stop racismo», puestos en boca de los chicos y chicas del barrio que aparecían retratados en imágenes gigantes. Hasta aquí todo correcto, en nombre de la libertad de expresión. La polémica, que corrió como la pólvora por el barrio, se sirvió por partida doble: las fotos cubrían las paredes exteriores del centro cívico Sant Agustí, de titularidad municipal, y en el barrio el pulso sobre la necesidad o no de batidas policiales sigue vivo. ¿Solución de urgencia? El ayuntamiento medió y permitió mantener la instalación si se eliminaba la palabra«redada». La medida equivale para unos a censura, y para otros se queda corta.

El debate está servido porque en el barrio palpitan dos sensibilidades bien definidas. La Fundació Ciutadania Multicultural trabaja en el proyecto Mescladís, que persigue la inserción laboral de la imnigración tanto desde la cocina (con dos espacios para la formación laboral de camareros y cocineros que permita su integración social) como con numerosos talleres e iniciativas culturales. Una de ellas fue esta instalación que surgió como proyecto con vocación de«reflexión y debate sobre la vida del barrio», con el Pou de la Figuera (zona antes conocida como Forat de la Vergonya) como epicentro. Hablaron con chicos del barrio (foráneos y locales) y«todos se referían constantemente al acoso policial con criterios raciales» como el problema al que se enfrentaban a diario, explica Martín Habiague, su director. Y cita especialmente una reciente redada en la que se identificó incluso a menores, y que derivó en un manifiesto de entidades y vecinos del barrio contra la presión policial como solución a los problemas de la zona.

Habiague es consciente de que el Pou tiene algunos problemas de inseguridad, pero lamenta que el marcaje policial sea habitual incluso entre su grupo de alumnos del programa de inserción, que van identificados con camisetas de Mescladís.«Se necesitan políticas sociales, no policiales, porque si no se les criminaliza y hacemos que la gente tenga miedo de cruzar la plaza», agrega.

Por eso el montajeEscolta'mse centró en redadas y racismo, y la entidad y el fotógrafo Joan Tomàs lo materializaron. Aseguran que tenían el permiso del ayuntamiento, pero en el distrito de Ciutat Vella replican que se autorizó una instalación sobre la integración, pero no con esas referencias directas ni ese gran formato.

Difícil consenso

Rápidamente, los comerciantes de la zona reaccionaron. Una de la asociaciones contrarias a las fotos y mensajes es la de Comerciants de Sant Pere més Baix. Su presidente, Òscar Aybar, afirma que la inseguridad se había disparado en la zona, con robos y tirones diarios, y que el colectivo pidió a los Mossos ayuda hace un año.«Con las redadas la situación ha mejorado muchísimo, y cada vez que las hacen se llevan a gente con navajas o drogas», apunta el comerciante, que asegura que no es una cuestión de racismo sino de seguridad y que ahora que se han conseguido«no se puede pedir lo contrario».«Ojalá cada semana hubiera una, porque al menos los delincuentes se asustan y no actúan por aquí», añade.

La concejala Mercè Homs, que ha vivido de cerca la polémica, es rotunda: el ayuntamiento no comparte los mensajes contra las intervenciones policiales, ni que estas«se vinculen al racismo»utilizando un espacio municipal. Tras hablar con las dos partes«se llegó a un acuerdo»para eliminar el mensaje de stop a las redadas, el sábado, manteniendo la instalación. E insiste en el trabajo social que se hace a diario para que la inmigración encaje en el vecindario. Desde Mescladís lamentan la«censura», que muchos comerciantes de la zona aplauden.

El montaje, efímero, seguirá en pie hasta que se degrade.