EL PROBLEMA EN UNO DE LOS PUNTOS NEGROS DE CIUTAT VELLA

A la sombra de la 'filmo'

La apertura de la flamante Filmoteca, el Barceló Raval y el IEC y el cierre de prostíbulos irregulares en Sant Ramon no han erradicado la prostitución callejera de día y de noche en la Illa Robador

Coexistencia 8 Una pareja de policías pasea por la calle de Robador, entre la Filmoteca y una prostituta.

Coexistencia 8 Una pareja de policías pasea por la calle de Robador, entre la Filmoteca y una prostituta.

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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«Yo antes no me dedicaba a esto. Cuidaba a personas mayores. Pero eran muchísimas horas y ganaba una miseria...»,explica la mujer, apoyada en una pared de la calle de Robador, a escasos metros de la flamante Filmoteca. Es«americana»-no especifica el país- y hace dos años que acude«a ratos»a ese rincón del Raval a ejercer la prostitución.«Vienen viejecitos que ya me conocen. Les doy cariño...», apunta dulce la mujer de sonrisa triste, para quien la presencia policial frente a la flamante Filmoteca es«una garantía». «A mí me gusta que estén. Me siento más segura. A veces vienen chicas más jóvenes y me dicen, vete, vieja; y si hay policía, claro, eso no pasa», prosigue la mujer. Las peleas, cuenta, se dan porque el trabajo ha bajado mucho, algo en lo que coinciden muchas de las trabajadoras de la zona, uno de los puntos de la ciudad en los que se concentra la prostitución callejera, tanto de día como de noche, pese al impulso urbanístico y cultural que se ha querido dar desde las distintas administraciones a la zona con la instalación de equipamientos como el IEC o, más recientemente, la Filmoteca.

Casi todos en el barrio -vecinos, comerciantes y dueños y trabajadores de bares- coinciden en algo:«el problema no son las mujeres».«Es todo lo que envuelve ese mundo. La mala vida», afirma Sergio García, propietario de un bar en Sant Rafael, casi en la esquina con Robador, quien añade que, tras la apertura de la Filmoteca, la situación en su zona ha empeorado.«Presionan más en la zona de Sant Ramon, y eso las trasladó hacia aquí abajo, donde la calle se estrecha y parece que todo vale», explica el camarero, veterano del lugar.

En la misma línea se pronuncia Jordi Matadó, vecino de uno de los pisos de protección oficial construidos hace un lustro en la conflictiva isla pararejuvenecerla población. «En lo único que se ha notado la Filmoteca es en que se han ido más hacia bajo», indica el joven, quien también apunta al cierre de varios prostíbulos en Sant Ramon como causa de esta migración. «Después de mucho plan y mucha palabrería, los pisos donde todo el mundo sabe que se ejerce la prostitución en Robador siguen abiertos»,concluye. Seguramente por ello, muchos de los balcones de la zona siguen vestidos con los antaño clásicos carteles deVolem un barri digne.

Mover el problema

En ese sentido, las personas que trabajan con las mujeres que se dedican al sexo mercenario recuerdan que el cierre de prostíbulos no erradica el problema, sino que pone otro encima de la mesa: si no tienen donde ejercer lo hacen en la calle, como está sucediendo actualmente, básicamente de noche, en rincones escondidos de la calle de Petritxol y otras pequeñas vías adyacentes a la Rambla.