UNA MOMIA NATURAL DE LA EDAD DEL COBRE

Otzi, el hombre del hielo

El Museu d'Arqueologia presenta la historia de Otzi, que vivió hace 5.300 años en los Alpes. La ciencia ha desvelado cómo vivió, pero su asesinato aún es un misterio.

Paseo de Santa Madrona, 39. De martes a sábado, de 9.30 a 19.00 horas. Domingo, de 10.30 a 14.30 horas. 3 euros. Hasta el 12 de agosto. 

 

Así debía ser Otzi poco antes de morir.

Así debía ser Otzi poco antes de morir.

BLANCA ESPACIO
BARCELONA

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Tenía unos 45 años cuando le asesinaron. Cabello oscuro, ojos marrones, 1,60 metros de altura, 50 kilos. Vivió en los Alpes hace 5.300 años y su caso todavía no se ha resuelto. A falta de nombre, los periodistas le llaman Otzi, el hombre del hielo y es el protagonista de la exposición que acaba de abrir el Museu d'Arqueologia.

Lo descubrieron dos excursionistas en 1991. Pensaron que era el cadáver de algún montañero perdido años antes. Pero es la momia humana natural más antigua de Europa. El frío extremo y perpetuo de la zona conservó de forma extraordinaria su cuerpo, su ropa y varios objetos. Veinte años de investigaciones a lo CSI han desvelado dónde pasó su niñez, qué significan sus tatuajes, qué comió antes de morir... una información valiosísima sobre cómo era la vida en la edad de cobre que ahora se puede conocer al detalle a través de esta exposición.

Otzi no ha viajado a Barcelona. La momia y los objetos que se hallaron junto a ella -un hacha, un cuchillo, un arco inacabado, flechas, puntas de pedernal, un hongo medicinal- son demasiado frágiles y se conservan en el Museo Arqueológico del Tirol del Sur (Italia), en una cámara frigorífica especialmente diseñada para ello. Pero la muestra incluye recursos suficientes para compensar esa ausencia, como réplicas de sus zapatos y su ropa, una cámara conectada con el frigorífico tirolés para ver a Otzi en tiempo real, imágenes de una reproducción para saber cómo era, materiales interactivos y unas visitas dinamizadas los domingos (11.00 h. Reserva previa) para descubrir la momia en familia.

RESPUESTAS / La exposición da respuesta a muchas de las preguntas que se formulan los visitantes y que los investigadores han ido despejando tras años de pruebas. Sus dientes, por ejemplo, desvelan que pasó su juventud cerca de la actual aldea de Velturno (al norte de Bolzano) y que luego se trasladó al valle de Etsch, a unos 50 kilómetros al norte.

El polen hallado en su cuerpo indica que murió en primavera o a principios del verano. Sus intestinos revelan que 12 horas antes de morir comió carne, cereales y semillas y que, además, lo había cocinado. Tenía artrosis, parásitos intestinales y varias fracturas antiguas en las costillas. Su ropa -abrigo hasta las rodillas, gorra, zapatos- era sofisticada. No tenía piojos, pero sí pulgas.

Su cuerpo estaba cubierto por unos 60 tatuajes, pero no como los entendemos actualmente. Eran cortes finos sobre la piel situados en las partes del cuerpo donde Otzi sufría desgastes y, probablemente, fuertes dolores. Por eso los científicos sospechan que no eran elementos decorativos, sino algún tipo de terapia con fines mágicos y curativos.

Una uña hallada cerca de la momia demuestra que sufrió un gran estrés antes de morir. Porque su muerte es el gran misterio por desvelar. Otzi murió asesinado por una flecha lanzada desde detrás y a larga distancia. La herida le produjo una fuerte hemorragia. También tenía cortes y un traumatismo craneal. A su alrededor había sangre de otras cuatro personas. Luchó cuerpo a cuerpo por su vida. Le mataron mientras huía. La ciencia ha sido capaz de averiguar todo eso 5.000 años después. Pero todavía no ha encontrado al asesino. El caso sigue abierto.