a pie de calle

Solo mujeres, y no por el Barça

Unas mujeres intercambian sus tarjetas de visita en la noche de 'Network and the City', el miércoles pasado.

Unas mujeres intercambian sus tarjetas de visita en la noche de 'Network and the City', el miércoles pasado.

EDWIN WINKELS

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La mirada de las hermanas es de sorpresa, casi de estupor, cuando por la puerta del restaurante entra un hombre. ¿Qué hace aquí? «¿Para quién viene?», le preguntan. Esta noche, como siempre el segundo miércoles del mes, aquí solo hay mujeres. Y no porque unas horas más tarde, cuando ellas ni siquiera han comenzado a cenar aún, arranca el partido entre el Real Madrid y el Barça. Simplemente, no se ha invitado a hombres alNetwork and the City, que es como se llama, un juego de palabras inspirado en la serieSex and the City (Sexo en Nueva York).

No se les invita nunca, a los hombres. Solo veo a dos, un camarero y el maître del restaurante Ornina, a la sombra del Hilton en la Diagonal, en el local donde expiró un clásico de la zona alta, el Oliver y Hardy. Y yo mismo, claro, pero he prometido que solo estaré un rato entre lasCarrie, Charlotte, MirandaySamanthade Barcelona. Porque es noche de mujeres, de entre 30 y 50 años, y muy arregladas. Entre gente bien vestida, los periodistas casi siempre desentonan, a excepción de los italianos.

La idea fue de las hermanas, hace dos años.Silvia yMari Àngels Granado tienen una agencia de comunicación, Doblemano, y asistían a menudo a sesiones denetworking en la ciudad, un fenómeno traído aquí por europeos del norte y norteamericanos. Y descubrían varias cosas en esas noches de cócteles, organizadas en teoría para intercambiar tarjetas de visita y explicar brevemente qué hace cada uno; todo para ampliar la red de contactos profesionales. Pero resulta que los hombres se movían con más agilidad en eso delnetworking, y no solo a nivel profesional. «Hay mucho ligue, los hombres no solo te abordan por conocer tu trabajo», dicen las hermanasGranado.

Aquí, durante cuatro largas horas, no se deben preocupar de los hombres. «Hay mujeres que vienen por primera vez y se sorprenden de que todos vamos tan arregladas, pero también nos gusta ponernos guapas para nosotras mismas, no para los hombres», insisteSilvia.

Abogadas y estilistas

3 Sin suspicacias ni rubor, las mujeres se sientan alrededor de las mesitas del vestíbulo para comenzar elspeed-networking, encuentros de entre 10 y 15 minutos para que grupitos de cuatro o cinco se expliquen entre ellas qué hacen. Muchas vienen de departamentos de márketing o comunicación de grandes empresas, muchas otras son profesionales independientes, de abogadas a estilistas. «Yo tengo un salón de estética», dice a las otrasAsun Aznar. «Pues yo también», responde una.Asunha venido con su madre,María Padilla, que celebra esta noche su cumpleaños aquí. «Es que me gustó mucho la primera vez», explica.

Muchas mujeres han repetido, en los dos primeros años deNetwork and the City-y un año en Madrid-, pero esta noche de las 52 asistentes, 34 sonnovatas. Y no solo intercambian tarjetas, hablan de las familias y comen bien. También asisten a una cata de aceites de oliva y otra para saber cuidar el cabello en invierno. «No solemos acabar antes de medianoche», dicen. A esas horas, el Madrid-Barça ya ha terminado.