en contra

T-10, la credibilidad de Trias

JORDI HEREU
JEFE DEL GRUPO SOCIALISTA EN EL AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

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«Quiero hacer una denuncia, clara y potente, de algo que es exagerado: el aumento de las tarifas del transporte público. El aumento de la T-10 es completamente exagerado porque es la tarjeta más popular y utilizada. [Este aumento] es una vergüenza en un momento de crisis y de dificultad económica». No puedo estar más de acuerdo. Las palabras, sin embargo, no son mías. Las redes sociales, contundentes hemerotecas audiovisuales, nos permiten escuchar hoy lo dicho, con toda solemnidad, en el 2009.Xavier Trias,acompañado de otro ilustre indignado,Lluís Recoder-quien calificaba el incremento de ese año de «grave e injusto»-, comparecía ante los medios para sacar punta política, una vez más, a la decisión de la ATM de subir los títulos de transporte público. CiU siempre se ha mostrado insolidaria con el transporte público. El entonces jefe de la oposición, hoy alcalde, conocía las dificultades de financiación de este servicio, pero jugaba a instrumentalizar las subidas. Incrementos necesarios, pero muy alejados de los presentados esta semana. Y es queTrias, hay que reconocerlo, ha aprovechado muy bien el tiempo: en la primera ocasión que ha tenido ha incrementado las tarifas como nunca. Ha sido, sin embargo, incapaz de liderar y mantener la palabra dada al pleno, donde se comprometió a que el aumento sería cercano al IPC y no una multiplicación por cuatro del mismo.

Más por menos. Más dinero invertido por menos servicios prestados. Con la luz verde que los representantes del ayuntamiento han dado a las nuevas tarifas,Triascontradice la máxima deMies van der Rohe. Desgraciadamente para los barceloneses, también hay que decirlo. De nada ha servido que Barcelona invierta más dinero. ¿El resultado de este esfuerzo? Una intolerable reducción de servicios, como la supresión de algunas líneas de bus y la bajada de frecuencia de otras. Estamos pagando el transporte público como un lujo y, además, con peores servicios y con tarifas inflacionistas por la mala gestión de las propuestas.

El transporte público se puede poner a la altura -a nivel de derechos ciudadanos-de los llamados pilares del Estado del bienestar. Su contribución en términos de cohesión social, conexión territorial y calidad de vida es esencial para que la nuestra se convierta en una ciudad sin desequilibrios. Por eso hay que pedir que los cambios de rumbo en las políticas de transporte público se valoren por la importancia que tienen.

Hace unos meses, cuandoTriasnos aseguraba que no subiría por encima del IPC, dije al pleno que la T-10 sería el termómetro de la credibilidad del nuevo alcalde. Sé lo que cuesta conseguir mejoras en este campo: yo hice posible el metro nocturno en el 2007, la L-9 no se paralizara... La misma semana que el Govern nos habla de la tasa turística - ¿adivinan qué opinabaTriasde aplicarla en Barcelona mientras estaba en la oposición?-, el mercurio se ha disparado hasta los 41º... Fiebre, mucha fiebre. Constato que el criterio del alcalde no se ha cumplido. Ha sido, una vez más, incapaz de defender los intereses de nuestros ciudadanos.

Nuestra obligación es la de llevar a la gente allí donde su cotidianidad requiere y hacerlo con buen servicio, con austeridad y eficacia, pero con valentía. La valentía de defender lo que queremos para la ciudadanía.