CAMBIO EN LA ESTRATEGIA POLICIAL PARA LUCHAR CONTRA EL FENÓMENO

Solo 48 de las 254 multas de este verano fueron a hombres

Hasta ahora la policía ha presionado más a prostitutas que a clientes

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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Pese a que ambas prácticas están igualmente prohibidas por la ordenanza cívica, hasta el momento la policía local ha sido mucho más contundente contra las prostitutas que contra los clientes. De las 254 multas interpuestas durante los meses de julio y agosto de este año relacionadas con el sexo de pago en las calles de Ciutat Vella -el doble que el verano pasado, según fuentes municipales-, solo 48 fueron para clientes -por demandar sexo en la calle- frente a las 190 que recogieron las prostitutas por ofrecer lo mismo. Las otras 16 resultantes de la resta fueron por mantener relaciones sexuales en la vía pública (sanción que recibieron los dos protagonistas de la escena, se entiende).

Así pues, no es baladí el giro en la estrategia policial anunciado ayer por el alcalde Trias, cuando aseguró que presionará «más» a los clientes).

LAS EXPERIENCIAS / En cuanto a la efectividad de la medida -muchos vecinos consideran que multar a los clientes no sirve de nada, ya que la mayoría son turistas, con lo que es muy difícil que lleguen a pagar la multa-, fuentes municipales aseguran que los veraneantes están más dispuestos a pagar las multas de lo que puede parecer. «Para evitar que llegue a su país una multa a su nombre por practicar sexo en la calle, muchos viajeros pagan la multa al momento, incluso más que los autóctonos», indican estas mismas fuentes.

LA RECAUDACIÓN / El montante de la multa es el mismo por ofrecer, solicitar, negociar o aceptar servicios sexuales: 750 euros por cada concepto. Así, al margen de velar por la seguridad de los vecinos, la nueva patrulla específica de la Guardia Urbana que el gobierno municipal ha organizado para controlar la situación en el Gòtic tendrá como objetivo sancionar «más» a los clientes, sin dejar de multar a las prostitutas.

En paralelo a esto, el alcalde insistió ayer en la importancia de ir «a la raíz del problema», persiguiendo a las mafias responsables de la «esclavitud del siglo XXI».