Los efectos colaterales de la coyuntura económica

Los abandonos de animales en Barcelona crecen por la crisis

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«Tenemos la sensación de que nos dedicamos a poner parches en una piscina llena de agujeros», resume Carla Cornella, presidenta de la Fundación para la Adopción, Apadrinamiento y Defensa de los Animales (FAADA). Las asociaciones animalistas revelan que hoy por hoy en Barcelona y alrededores hay unos 1.500 perros y unos 3.000 gatos pendientes de adopción, la gran mayoría de ellos en refugios privados debido a que la Administración llega donde llega. El Centre d'Acollida d'Animals de Companyia de Barcelona (CAACB) -popularmente conocido como perrera municipal-, por poner como ejemplo la capital catalana, tiene capacidad para 130 perros y 90 gatos. El resto de bestias, cifra que ha crecido de forma considerable en los últimos años debido a los estragos de la crisis económica, depende de la voluntad, dedicación y recursos de las decenas de entidades animalistas, quienes destacan que al problema del aumento de abandonos se le suma el de la disminución de las adopciones, por el mismo motivo: tener un animal en condiciones cuesta dinero.

Los representantes de las entidades animalistas -quienes afirman que es imposible calcular el número total de animales sin hogar, ya que no todos las mascotas llegan a los refugios- explican, además, que no se trata solo de abandonos. «Cada día recibimos llamadas de personas que dicen que no puede mantener a los animales», apunta Núria Tobal, presidenta de El Club de Kat, asociación para Animales Discapacitados y Enfermos Crónicos.

CONTROL DE LA NATALIDAD / Otro de los principales problemas que señalan los animalistas es la cría incontrolada. «Mucha gente se dedica a la cría en principio para ganar dinero, pero, como con la crisis no se vende, todos esos animales muchas veces acaban también abandonados», denuncia Cornella, quien insiste en que la solución al problema solo puede pasar por el control de la natalidad.

Miquel Reñé, jefe del departamento de participación de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Barcelona, señala que en el CAAB, en los últimos tiempos, ha aumentado el problema con los Perros Potencialmente Peligrosos (PPP). «A veces aparecen noticias sobre estos animales que hacen que la gente tenga miedo y los abandone, y ese mismo miedo hace que estos animales sean más difíciles de adoptar», apunta Reñé. A estos dos factores hay que sumarle un tercer problema: estos perros no pueden compartir jaula, así que ocupan el doble en el CAAB, impidiendo la entrada de otros animales.

Para luchar contra la tenencia irresponsable de animales, desde el ayuntamiento se ofrecen campañas de sensibilización dirigidas principalmente a los propietarios de mascotas y se promueven acciones -además de las referidas la recogida de deposiciones-, en relación a la importancia del chip y a promover la adopción por encima de la compra -el CAAB dispone de la web www.adoptabcn.cat. En lo que va de año el centro municipal ha cerrado 359 adopciones.

Pese a esos esfuerzos -que las entidades animalistas juzgan de insuficientes, dada la magnitud del problema- la perrera está saturada, ya que las plazas son limitadas y la nueva instalación prometida aún está pendiente de ubicación definitiva).

Al margen de las mascotas en adopción, los defensores de los animales denuncian también el problema de los que están pendientes de decomiso. Según Comella, solo en Barcelona y el área metropolitana hay 500 -entre perros, gatos y caballos- en condiciones pésimas pendientes de ser rescatados. «Como no hay sitio en las perreras municipales, no tienen ningún interés en rescatarlos», denuncia. Uno de los casos más flagrantes es el de un terreno en Sant Andreu donde tienen malviven 31 perros en jaulas, caso denunciado por FAADA desde octubre, sin que se haya resuelto.