homenaje al expresidente de la institución

La gran sala de actos del Ateneu llevará el nombre de Oriol Bohigas

«Me he esforzado en revalorizar el patrimonio y situar la institución en pleno siglo XXI», dice

Oriol Bohigas, ante el Palau Savassona, cuya fachada se ha refomado durante su mandato.

Oriol Bohigas, ante el Palau Savassona, cuya fachada se ha refomado durante su mandato.

CRISTINA SAVALL
BARCELONA

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El arquitecto Oriol Bohigas manifestó, tras proclamarse en el 2003 por vez primera presidente del Ateneu Barcelonès, que llevando el timón de una institución pequeña se pueden materializar más tareas que en grandes cargos públicos demasiado condicionados por el partidismo. Así ha sido. En reconocimiento a los logros conseguidos a lo largo de sus dos mandatos, la nueva junta directiva, encabezada por Francesc Cabana, propone que la remodelada sala de actos se llame Oriol Bohigas y así incrementar los espacios bautizados con nombres de ilustres ateneistas, como Verdaguer, Pompeu Fabra, Sagarra y Joaquim Borralleras.

«Cuando me lo dijeron me emocioné. Fue una sorpresa, pero no soy yo quien debe valorar este homenaje», consideró ayer Bohigas, que está muy afectado por el fallecimiento de su amigo Oriol Regàs, a quien él y Ferran Mascarell le organizaron en abril del 2010 un emotivo acto en la misma sala que llevará su placa.

El equipo de Bohigas le comunicó la decisión el 15 de marzo durante la cena de despedida, dos días antes de que se celebraran las elecciones que han dado la victoria a la línea continuista. Ningún presidente o directivo, según indican los estatutos aprobados en su etapa, puede acceder a una tercera candidatura.

«Me he esforzado en revalorizar el patrimonio, por mantener la fuerza y el sustrato histórico de una institución clave en el debate de las ideas y por situar el Ateneu en el siglo XXI», concretó Bohigas.

«Esta noche, si consigo dormir, soñaré con Norbert Bilbeny», fue lo primero que dijo Cabana tras tener el jueves la certeza de que su candidatura había ganado por escaso margen. «Como especialista en economía pido competividad. Estas elecciones han sido un desafío. Nos ha ido por pelos», agregó, con una mirada cómplice a su rival, que no quiso quitarle protagonismo y renunció a su propuesta de compartir el escenario. Sí estaba a su lado el filósofo Ramon Alcoberro. Fue el candidato más valorado, con 543 votos, tres más que el nuevo presidente.