TRIBUNA

Regenerar Barcelona

Instalaciones de la T-1 de El Prat, el pasado junio.

Instalaciones de la T-1 de El Prat, el pasado junio.

XAVIER TRIAS
PTE. DE CIU EN EL AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

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Ayer, en estas mismas páginas,Jordi Hereu publicaba un artículo con el títuloArriesgar por Barcelona.Hereureivindica el trabajo hecho e intenta justificar su carencia de liderazgo y que no haya levantado la voz en defensa de Barcelona afirmando que no ha buscado la confrontación con las otras administraciones, sino la colaboración. El problema deHereues que hace tiempo que él y su equipo han perdido el sentido de la realidad. Inmersos en una crisis profundísima que tiene las raíces en un muy mal planteamiento del mandato, basado en la creencia de que la situación política de la ciudad era la de hace 15 o 20 años, e imbuido de una cultura política autoritaria y poco respetuosa con los planteamientos alternativos,Hereuha ido quedándose solo.

Hoy, más que arriesgarse por Barcelona,Jordi Hereupone en riesgo a la ciudad de Barcelona, por lo que no hace y por lo que deja de hacer.

Oportunidades

Barcelona no puede permitirse perder más oportunidades. Cada año que pasa sin una conexión eficiente del puerto con la red viaria o con el ancho de vía europeo, es un año que nunca se va a recuperar, un año más para que nuestros competidores se refuercen, un año más de barceloneses y barcelonesas a quienes se les cierran las puertas para encontrar trabajo. Un año sin la conexión del aeropuerto con la red ferroviaria, es un año más de pérdida de peso de nuestro castigadísimo aeropuerto, un año menos para hacer que El Prat se convierta en el hub en el que debe convertirse. Podemos hablar de la estación de la Sagrera, o de la remodelación de la de Sants, o del plan de equipamientos escolares, o de la financiación de la ciudad, o del plan de centros de día, o de tantas promesas incumplidas, pero en la situación actual existe una palabra que lo resume todo: parálisis.

Barcelona está paralizada en todo aquello que tiene que ver con el gobierno municipal. Incluso la vida política. El Ayuntamiento de Barcelona es hoy la única administración de Europa en la que no se respetan las votaciones de los plenarios ni de las comisiones consistoriales. Amparados en informes de muy dudosa calidad técnica, pero en todo caso alejados del sentido común democrático, tenemos que ver como una y otra vez votaciones en las que el gobierno es derrotado, o votaciones en las que se indican líneas de acción, son menospreciadas, obviadas.

Por todo ello, creo muy sinceramente que ha llegado la hora de la regeneración de Barcelona, la hora de una nueva forma de hacer política, la hora de renovar la ambición y la visión que desde la política debemos aportar a la ciudad. Hay que pensar en clave de calidad de vida, poniendo las personas en el centro de nuestras ambiciones. Lo veíamos hace muy poco: problemas de todo tipo atascados en el Raval, después de 30 años de políticas con luces y sombras, pero hoy empantanadas en un mar de corrupción y de ineficacia. ¿La solución deHereuy el PSC? Más Administración, más piedra, más gasto alejado de las necesidades de los vecinos y de las vecinas.

Lo vemos también a otro nivel. La gran apuesta de proyección internacional de la ciudad se basa hoy en día en un entramado de entes muy poco conocidos y de dudosa utilidad, con los que gastamos un montón de dinero y que no tienen nada que ver con la iniciativa y la creatividad de los barceloneses y las barcelonesas. La apuesta debe hacerse por la educación y los centros de investigación, las universidades, los polos de creación, por los clústers de innovación y de formación. Esta es la forma de proyectarnos en el mundo.

Regenerar Barcelona, apostar por la calidad de vida y hacer del progreso social y económico el eje fundamental de la acción política. Esta es mi apuesta para volver a situar Barcelona en el mundo. Una apuesta basada en la unión de los proyectos personales con los proyectos colectivos, una apuesta hecha de colaboración entre el mundo público y la iniciativa social, entre el mundo público y el tercer sector, entre el mundo público y la sociedad civil y las empresas de nuestra ciudad.

Liderazgo

El Ayuntamiento de Barcelona no puede ser visto como un competidor absurdo que usa sus tentáculos para estrangular la iniciativa creativa de la ciudad. Debe ser regenerado para que se convierta en el facilitador, el acompañante útil del trayecto para lograr que todo el mundo que tenga una idea pueda soñar en realizarla. Para que esto ocurra hace falta que se dé un cambio. Un cambio de liderazgo, un cambio de maneras de hacer, un cambio político en definitiva.

Quiero ser el alcalde de todo el mundo y gobernar con los mejores políticos y con los mejores profesionales del país. Cuento con el magnífico cuerpo de funcionarios del ayuntamiento, que sufren como nadie la pérdida de rumbo del equipo de gobierno. Cuento con ellos, con todos, para hacer que Barcelona vaya adelante. Con el cambio, con la regeneración que propongo, de la mano de todos los barceloneses y de todas las barcelonesas, Barcelona volverá al lugar que le corresponde y se podrá plantear objetivos nuevos. Objetivos que la convertirán de nuevo en el referente que nosotros queremos que sea, por el bien de todos.