Entrevista con el EDUCADOR SOCIAL de badalona

Joan J. Guerrero: «No solo Sant Roc tiene conflictos de convivencia puntuales»

«No solo Sant Roc tiene conflictos de convivencia puntuales»_MEDIA_1

«No solo Sant Roc tiene conflictos de convivencia puntuales»_MEDIA_1

DAVID PLACER
BADALONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Lleva más de 30 años trabajando en el barrio de Sant Roc y coordinando programas sociales: desde cursos de catalán e informática hasta colonias para los niños de familias sin recursos. Forma parte del Ateneu de Sant Roc, integrado por un ejército de 300 voluntarios y colaboradores que llevan a cabo un trabajo casi invisible para el resto, pero fundamental para el barrio. Apoya el manifiestoEns agrada Badalonaque se firmó ayer en contra de la política del PP en esa localidad.

-¿Qué relevancia tiene en estos momentos una campaña de un grupo de vecinos conocidos para decir que les gusta vivir en Badalona?

-Es muy importante porque estamos siendo conocidos en todas partes por nuestras carencias y no por nuestras virtudes. Mucha gente que nunca ha venido a Sant Roc piensa que este barrio es intransitable, muy peligroso. Cuando vienen, casi siempre dicen: «Está mucho mejor de lo que pensaba». No nos gusta dar la imagen de un conflicto permanente porque echa por tierra el trabajo de muchas entidades como la nuestra.

-En algunos foros de internet, se ha comentado que es muy cómodo sostener esa consigna si se vive en el centro de Badalona, pero muy difícil si se reside en barrios con conflictos sociales como Sant Roc, La Salut o Llefià. ¿Qué les diría?

-¿Conflictos sociales? ¿De qué conflictos estamos hablando? Porque en cada escalera de vecinos hay un conflicto: porque uno no paga o porque no gusta el olor del curry. Son roces normales entre personas, pero no se puede extrapolar a conflictos entre colectivos como se ha hecho.

-¿Qué le preocupa más: los conflictos entre vecinos o el eco mediático que pueden ocasionar?

-El eco mediático, sin duda. El conflicto en sí se puede trabajar, pero cuando se difunde la imagen de que esto es un caos, ya se escapa de nuestro control. Es muy complicado cambiar la imagen de la ciudad si todo el mundo tiene una visión negativa de ella. Lo que no queremos que nos conozcan por nuestro único defecto y no por nuestras 99 virtudes.

-El manifiesto no menciona al PP, pero ¿se puede interpretar como una reacción clara a la política de este partido en el barrio?

-De alguna manera sí, porque se han utilizado algunos problemas, hechos muy concretos, para decir o insinuar cosas tan graves como que el colectivo inmigrante es delincuente. Cuando hay un problema vienen de inmediato a explotarlo, pero nunca se han acercado a ofrecer ayuda para ninguno de nuestros programas.

-¿Tienen razón quienes aseguran que la convivencia en Sant Roc se ha deteriorado en los últimos años?

-Siempre ha habido algunos problemas de convivencia puntuales en muchos barrios, no solo en este. Cuando los andaluces llegaron, no eran bien vistos por los catalanes. Y lo mismo ocurrió entre gitanos y payos. Y con los romanos y con los visigodos. Es un problema histórico e inherente a las migraciones.

-Pero en Sant Roc aún hay un cartel que reza «No queremos rumanos».

-Y algunas pintadas contra la policía y contra algún vecino, pero no podemos generalizar ni criminalizar. Creo firmemente en una premisa: «Hay que ser duro con el conflicto pero suave con las personas».