Entrevista CON LA ECONOMISTA

Mariona Carulla: «Fui yo quien prohibió la entrada de Millet al Palau»

«Fui yo quien prohibió la entrada de Millet al Palau»_MEDIA_1

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CRISTINA SAVALL / Barcelona

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Mariona Carulla (Barcelona, 1944) presentó ayer la candidatura para su reelección como presidenta del Orfeó Català y del Palau de la Música Catalana, cargo que ha ocupado desde que en julio del 2009 se descubrió el saqueo de Fèlix Millet y Jordi Montull, imputados por tráfico de influencias y por apropiación indebida.

-¿Qué momento fue el más duro?

-Me enteré por la radio de que los Mossos d'Esquadra habían entrado en el Palau. Fue un disgusto, pero no pensé que fuera muy grave. Después, cuando fui conociendo la magnitud de la malversación de fondos, me sentí estafada. Es un golpe duro. Violaron mi espacio más querido.

-¿Por qué nadie del entorno de la junta del Orfeó sospechó nada?

-Los tres altos cargos, los que tenían el control de todo, eran Millet, Montull y su hija, Gemma Montull, que era la directora financiera. Hacían continuos traspasos de cuentas sin que nadie se enterara. Manipularon todos los números, de tal forma que ni las auditorías lo detectaron. Nunca salía nada negativo ni anómalo.

-¿Ha hablado de ello con Millet?

-Sólo lo he visto en los periódicos. Asumí la presidencia para afrontar la crisis. Eso fue un lunes. Ese día, él continuó viniendo al Palau y fui yo quien el martes tuvo que prohibirle la entrada. ¡El desvío ronda los 34 millones de euros! El rastreo ha sido profundo. Está en manos del juez.

-¿Qué le motiva a presentarse?

-La junta insistió en que tomara las riendas. Tengo sentido del honor: me gusta cumplir retos. Estoy en un tren que ha cogido velocidad. Ya no me puedo bajar. En dos años, el Palau logrará su velocidad de crucero.

-Asegura que su proyecto se regirá por el rigor, por la profesionalidad, por la austeridad y por la ética. ¿Cuáles son sus prioridades?

-Además de la transparencia y de la eficacia, hacer brillar, dinamizar, de nuevo, los cinco coros. Reestructurar la organización interna. Potenciar las producciones propias. Impulsar proyectos pedagógicos, como la formación musical en el Raval. Y mejorar la biblioteca, hay verdaderos tesoros que se deben cuidar.

-¿Qué futuro le aguarda al hotel?

-Nuestro objetivo es que una parte se convierta en aulas para la coral, y otra zona se destine a la biblioteca.

-¿Qué es el Palau para Barcelona?

--Un icono de Catalunya. Hay mucho cariño depositado en él, por eso es tan grave el daño que le han hecho. El Palau de la Música simboliza los grandes valores de los catalanes: el esfuerzo y la solidaridad.

-¿Cuándo entró por primera vez?

-Iba con mi madre. Para amar a alguien lo has de conocer y yo al Palau lo conozco bien. Hace más de 50 años que soy socia. Sigo acudiendo al concierto de Sant Esteve, ahora acompañada de mis ocho nietos.

-¿Qué le dijo su marido, Jaume Tomàs Sabaté,  cuando decidió asumir la presidencia?

--Él aceptó el compromiso de levantar la Fira de Barcelona. Lo logró. Por eso me apoyó, nunca se quejó de que llegara tarde. Mi marido falleció en casa el pasado 19 de mayo, desde entonces mi entrega al Palau hace que no sienta tanto la soledad.