VECINA DEL SOMORROSTRO ENTRE 1952 Y 1958

JULIA ACEITUNO: "El Bogatell era la cloaca de Barcelona"

La infatigable Julia Aceituno, en el piso en que vive junto a su familia en Trinitat Nova, la semana pasada.

La infatigable Julia Aceituno, en el piso en que vive junto a su familia en Trinitat Nova, la semana pasada.

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«Al llegar a la estación de França, mis hermanos mayores nos estaban esperando. Nos montaron en el 55, por entonces el único tranvía descubierto, para que viéramos la ciudad. Me pareció realmente preciosa. Pero cuando llegamos al Somorrostro y vi el lugar dónde viviríamos, me di un hartón de llorar». Quien habla es Julia Aceituno, vecina del Somorrostro entre 1952 y 1958, cuando el mar «se llevó» sucasa.La escena que describe con ternura y detalle ocurrió el verano de 1952, cuando contaba con 14 años. «Si llego a saber lo que me encontraría, no vengo. Yo en Jaén estaba bien. Estudiaba para telefonista. Pero mis hermanos estaban aquí, y la familia tira mucho. Además, nos mandaron una carta diciendo que habían comprado una casa y que podíamos ir. ¡Una casa!, decían. Era una barraca muy muy pequeña, donde solo había una cama para cinco personas», recuerda esta mujer valiente. «Pasaba exactamente lo mismo que pasa ahora con los inmigrantes. Que explican en sus países que aquí viven de maravilla, y ya ves», concluye.

Los hermanos de Julia no mentían. Pagaron por lacasa25 duros en 1949. «No había otra. En aquella época pasaban dos cosas: no había casas y no había dinero», reflexiona.

Julia recuerda que guisaban en una lata de aceitunas «de las grandes», que sus hermanos llenaron de cemento. «Los residuos del gas pasaban por delante y por detrás de la casa. Cuando escucho a la gente decir que las playas están sucias pienso, ¡qué sabréis vosotros de suciedad», cuenta. «El Bogatell era la cloaca de Barcelona, y estábamos rodeados de fábricas. Y piensa que teníamos que lavar la ropa en el mar. La poca agua que había la teníamos que usar para cocinar y beber», prosigue sin perder la sonrisa esta infatigable modista, que a sus 72 años todavía cose velos de novia.