Carrera preelectoral

Barcelona pagó un informe para echar a la oposición de sus empresas

Varios periodistas ojean informes del 2008 en un gesto de aparente transparencia por parte del ayuntamiento, en noviembre del 2009.

Varios periodistas ojean informes del 2008 en un gesto de aparente transparencia por parte del ayuntamiento, en noviembre del 2009.

XABIER BARRENA / CARLOS MÁRQUEZ / Barcelona

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El ayuntamiento vive estos días su particular mes de la marmota. Como cada año por estas fechas, la oposición tiene unas semanas para revisar los estudios encargados por el consistorio durante el 2009, una tarea que granjea un inicio del curso político de lo más animado. Más allá de los títulos curiosos e inauditos, este año brilla con luz propia un informe que, de manera sutil en su enunciado, arguye las opciones que tiene el Gobierno municipal de apartar a la oposición de los puestos dirigentes de las empresas públicas.

Alcance de la competencia atribuida a la comisión de Gobierno por la Carta Municipal de Barcelona de aprobación de las formas de gestión de los servicios. Bajo este sesudo título, el Instituto de Derecho Público de la Universitat de Barcelona, que cobró 6.960 euros, argumenta que un ejecutivo local debe comandar sus compañías porque es «el modelo que mejor responde a las reglas de funcionamiento del sistema», ya que, de esta manera, se puede «responder a unas directrices» y perseguir «una misma acción de gobierno sin que se reproduzcan, en esa sede, los debates políticos propios de la asamblea municipal».

El apartado de conclusiones, sin embargo, enfría las pretensiones del cliente al asegurar que esta medida «obliga a forzar una interpretación muy amplia del contenido de la competencia atribuida a la comisión de Gobierno» y recomienda que no se opte por la «modificación de los estatutos de estas entidades», sino por la «reforma del reglamento orgánico». Dicho de otro modo, la oposición debería acreditar la medida en el pleno, algo que no parece que vaya a suceder si no hay una pérdida colectiva del sentido común.

IMAGEN REVISADA / Al margen del control de la cosa pública, el otro gran quebradero de cabeza del ayuntamiento es la comunicación, la venta de un producto que, en este caso, tiene nombre y apellido: Jordi Hereu. En el 2007, ganadas las elecciones, el consistorio encargó un plan estratégico a cuatro años vista que consiguiera convertir al alcalde en poco menos que el mejor amigo de todos y cada uno de los barceloneses. Se gastaron 11.948 euros, 52 céntimos por debajo del límite que marcaba la necesidad de convocar un concurso público. El 3 de abril del año pasado, según ha podido saber este diario, se encargó a la misma empresa (Focus) unas «modificaciones en función de la actual coyuntura». El nuevo montante ascendió a 17.458 euros, el 50% más que el valor inicial del redactado completo y 542 euros por debajo de la nueva barrera de convocatoria de un concurso público.

Este documento forma parte del 10% de estudios que están en manos de la oposición. El líder del PP, Alberto Fernández Díaz, ya censuró al equipo de Hereu por «ocultar el 90%» de los informes del 2009 y calificó la decisión de no difundirlos todos de «insulto a la transparencia».

LA LOSA DE LA DIAGONAL / Entre los textos que sí se conocen aparece en repetidas ocasiones la Diagonal, avenida objeto de una controvertida consulta hace ya cuatro meses. De este modo, la creación de la web que promocionaba la reforma mordió 57.408 euros y el diagnóstico del arbolado arañó otros 22.000 euros, pero lo que llama la atención es que, hasta en 13 ocasiones aparece la solicitud de trabajos técnicos de desarrollo del proceso participativo de la Diagonal, un cometido del que se beneficiaron otras tantas empresas por valor de 111.215 euros. En el mes de la marmota 2011 no habrá Diagonal, pero seguro que las Olimpiadas de Invierno también dan mucho juego.