clausura de un negocio VETERANO

La discoteca gay pionera de Barcelona cerrará este mes

Clientes en la entrada de la sala Martins, el pasado jueves.

Clientes en la entrada de la sala Martins, el pasado jueves.

PATRICIA CASTÁN
BARCELONA

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Abrir un local exclusivamente gay hace 25 años no fue cualquier cosa. Fue una osadía y una modernidad a partes iguales. La sala Martins fue pionera en Barcelona y se convirtió en referente de la ciudad más abierta e integradora. Un cuarto de siglo después, la aventura termina por puras razones empresariales. El grupo de ocio Tunnel se ha hecho con los derechos de explotación del local con el objetivo de abrir una discoteca para el público heterosexual a finales de septiembre.

Martins bajará el telón el próximo día 29, aunque las dos fiestas sonadas de despedida se vivirán esta noche y la del día 28. El local gay dice adiós con dignidad, tras haber mantenido un público fiel y contar con concurridas fiestas los fines de semana que siempre la han hecho formar parte de la ruta homosexual más popular de la ciudad.

El titular de la licencia desde hace décadas, Ramón Salvia Pomar, ya vivió el primer gran cambio de rumbo del negocio, cuando hace 25 años dejó de ser una sala de fiestas y cabaret (Privé 130) para convertirse en la primera discoteca oficial exclusivamente gay de la ciudad, frente a los pequeños clubs que se habían llegado a montar en pisos o algunas salas que mezclaban ambientes.

En estos años, el local se ha reducido por imperativos urbanísticos, pero ha sido fiel a su público, tanto local como internacional. Sus tres plantas incluyen tanto pista de baile como un cuarto oscuro donde relacionarse y un interiorismo retro que marca la diferencia con otras salas del mismo ambiente.

ETAPAS / En los últimos cinco años, la productora 4x4 ha gestionado los fines de semana y los eventos más importantes celebrados en la sala. La noticia del cierre, que se gestó hace solo unos días, ha precipitado las celebraciones–homenaje que se vivirán estos dos fines de semana, explican fuentes del local.

El activista gay Jordi Petit señaló ayer que entiende que el mercado es el que dicta la singladura de la oferta nocturna, pero lamenta el adiós de una sala «emblemática que fue un referente de la ciudad». Petit destaca que, más allá de las muchas noches de diversión e integración que se han vivido en el número 130 del paseo de Gràcia, el Martins ha sido abanderado también de importantes campañas solidarias, como las primeras fiestas de apoyo a las campañas de prevención del sida.

El relevo que servirá el grupo Tunnel, con varias salas en la ciudad, incluye una rápida remodelación en la que se invertirán unos 150.000 euros y que la convertirá en punto de encuentro de un público de 18 a 30 años a finales del próximo septiembre.