PROBLEMAS DE CONVIVENCIA

El ayuntamiento reconoce que la narcosala Baluard se ha de mudar

Un grupo de toxicómanos se prepara para inyectarse una dosis, ayer, en el los jardines de los Horts de Sant Pau, a 500 metros de la sala Baluard.

Un grupo de toxicómanos se prepara para inyectarse una dosis, ayer, en el los jardines de los Horts de Sant Pau, a 500 metros de la sala Baluard.

ROSA MARI SANZ / HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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La polémica narcosala Baluard se acabará trasladando e integrando en la red sociosanitaria de Ciutat Vella. Es el objetivo del Ayuntamiento de Barcelona, como reconoció ayer el primer teniente de alcalde, Carles Martí, pero no la prioridad. Lo más urgente, dijo, es adecuar espacios similares en todos los distritos en los que se detecte un alto índice de adicción, algo que contempla el plan de drogas 2009-2012, que aprobó el bipartito con el apoyo de ERC el pasado julio, y que no concreta dónde se dan en mayor medida estas problemáticas, ni por tanto, en qué zonas se ubicarán salas de venopunción como la del Raval, contra la que algunos vecinos han vuelto a iniciar una campaña.

Las narcosalas, donde se suministra jeringuillas y agua destilada para que los usuarios puedan inyectarse con condiciones higiénicas y vigilancia sanitaria, es un equipamiento que la mayoría de vecinos parece no querer cerca de sus casas, y sobre el cual los propios socios del ayuntamiento se han mostrado divididos. Por ejemplo, en noviembre del 2005, en plena polémica por la inauguración (cuatro meses antes) de la narcosala de Vall d’Hebron que sacó a los vecinos durante más de un año a la calle, la entonces presidenta de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), Imma Mayol (ICV), llegó a anunciar la apertura de otras dos salas de venopunción en Nou Barris y Sant Martí, una afirmación que no gustó al PSC , que la tachó de «precipitada».

DOS PREVISTAS QUE NO SE HICIERON / Pero no solo ha causado discordia o incoherencia en el seno del gobierno local, ya que también parece haber demostrado falta de firmeza a la hora de crear más. Porque pocos días después de este anuncio, el consistorio y la Generalitat presentaron un plan de drogas 2006-2008 que incluía dos centros (como propuso Mayol), uno en Nou Barris, y otro que quedaba en el aire al no concretar un lugar, aunque se apuntó que en el Eixample o Sant Martí, donde consideraban que era más necesario. Y que nunca se hicieron. Lo que también se afirmó entonces y refrendó la consellera de Salut, Marina Geli, y el entonces alcalde Joan Clos, es que deberían estar integrados en centros sanitarios, como se acabó haciendo con el de Vall d’Hebron.

UNA MUDANZA ANUNCIADA EN EL 2006 / Siguiendo esa filosofía, en el 2006 el entonces concejal de Ciutat Vella, Carles Martí, anunció «a medio plazo» el traslado de la sala Baluard a un equipamiento socionanitario. Puso como plazo «cuando la experiencia de Vall d’Hebron esté consolidada». Han pasado más de cuatro años de esa experiencia y desde la ASPB defienden su buen funcionamiento, incluso la mayoría de vecinos ha reconocido que no ha atraído a más toxicómanos ni han aumentado los problemas de robos, los principales temores que argumentaban para rechazarla. No obstante, la sala Baluard sigue sin integrarse a la red y sin ser una prioridad su traslado. Y en este caso, los vecinos sí denuncian conflictos de convivencia.