FALLO JUDICIAL POR LAS AVERÍAS DE UNA PARTIDA DE VEHÍCULOS

Condenados 4 concesionarios de Nissan por 12 taxis defectuosos

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

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lo de estrenar coche siempre es una alegría. Ese olor a nuevo que marea, ese hablarle como si fuera a responder. Si además es la herramienta de trabajo, a la ilusión se le añade un plus de responsabilidad, ya que una avería puede ser un día sin sueldo. En el caso de 12 taxistas de Barcelona, ese gusanillo ante la novedad se tornó pesadilla después de que compraran, entre el 2002 y el 2004, un modelo Nissan Primera que dio problemas desde el primer kilómetro.

Esta docena de chóferes denunciaron a los concesionarios Cobo, Santi Enrique, Motor Llansà y Romauto en el 2006, pero perdieron el juicio, que se celebró dos años después, porque el juez no consideró probado que las averías se debieran a «defectos propios de las máquinas», sino al «continuo uso de las mismas» y a no realizar un «adecuado mantenimiento». Decidieron recurrir la sentencia y ahora la Audiencia de Barcelona les ha dado la razón, con lo que los talleres deberán pagarles el precio que tenía el vehículo el 27 de febrero del 2006, cuando arrancó todo este mal rato judicial. En total, los concesionarios desembolsarán entre 150.000 y 160.000 euros.

José Martínez Carreño ha cerrado «cinco años de lucha con Nissan», durante los que se ha sentido «como un delincuente». Su relato de los hechos va mucho más allá de lo meramente económico porque tanto su familia como la de sus compañeros han pasado momentos muy duros, en los que la razón y la salud aconsejaban tirar la toalla. José habla de una «victoria moral» después de todos estos años en los que, comenta, se les ha tratado «a patadas».

El día que estrenó el Nissan Primera, este combativo taxista --que ha liderado la plataforma contra los concesionarios y es miembro de la junta directiva de la Federació Catalana del Taxi en Barcelona- ya tuvo que pasar por el taller por un problema con el caudalímetro.

UN MES SIN TRABAJAR / Tal y como refleja la sentencia, a la que ha tenido acceso este diario, José tuvo que realizar 64 reparaciones en cuatro años. El embrague, la dirección, el motor de arranque, la batería, las pastillas de freno, los cojinetes, los amortiguadores, las luces, el aire acondicionado..., cualquier rincón del coche podía venirse abajo. José calcula que en un año perdió un mes entero de trabajo por tener la máquina de baja.

Solo dos taxistas mantienen el Primera en circulación. El resto lo guardó en un almacén a la espera de que la Audiencia resolviera el recurso. Ahora, todos deberán devolverlo al lugar del que salió para poder recibir la indemnización. Este diario se puso en contacto con uno de los concesionarios, que no quiso valorar la sentencia ni aclarar si piensan recurrir. José, mientras, lleva dos años con un taxi nuevo, el mismo tiempo que lleva sin pisar un taller.