Pamuk receta el mestizaje cultural como "antídoto" de nacionalismos
Orhan Pamuk, un "humilde servidor del arte de la novela", como se definió ayer, anhela que la Unión Europea y su país, Turquía, no se encastillen en sus recelos y logren un espacio de convivencia común. Con la "modernización" y "democratización" que supone la UE, "saldrá a la luz la multiculturalidad" turca. El mayor obstáculo para conseguirlo, según el Premio Nobel de Literatura 2006, es el "nacionalismo ascendente" de ambas partes. El antídoto, la cultura del mestizaje.
"Lo que une a los seres humanos no es la política, sino el sonido del corazón, la música del cuerpo", afirmó antes de la jornada académica y literaria de reconocimiento de su obra, en la que tuvo un acompañante excepcional, Juan Goytisolo, amigo desde hace 18 años al que "adora" por su obra y por la ayuda prestada para difundir sus libros.
El autor de Campos de Níjar pisó por primera vez la sede de un ministerio de Cultura de España por aprecio a su titular, César Antonio Molina. Después, la comitiva llegó a la Universidad Complutense, donde el Nobel fue investido doctor honoris causa. Y por la tarde, en la Biblioteca Nacional, ambos escritores dialogaron sobre las ciudades, esos espacios mestizos y contradictorios que son un "reflejo del mundo actual".
LA POLÍTICA
La concesión del Nobel a este turco de 55 años fue una importante palanca para conocer la realidad de la nueva Turquía y sus lazos con la antigua cultura otomana. Pero al autor de El libro negro le ha supuesto también un esfuerzo por sacar a la luz sus opiniones políticas, en su mayoría críticas con el actual Gobierno de Ankara, que lo tiene en el punto de mira.
"Lamentablemente, la actual Turquía no es una sociedad libre porque no hay libertad de expresión total", afirmó Pamuk, tras relatar el "esfuerzo" de sus compatriotas por alcanzar la homologación europea. La larga espera que las autoridades comunitarias han impuesto a Ankara ha "apagado" el entusiasmo de los turcos, algo que no le gusta al escritor, que confía en que al final haya "buen entendimiento". Ahora bien, la UE, "no debe usar como excusa" que Turquía tiene problemas con la libertad de expresión para excluirla del proyecto europeo. "Al revés", dijo, "Europa debe ayudar a Turquía a solucionar esos problemas".
Tanto Pamuk como Goytisolo apostaron fuerte por la Alianza de Civilizaciones que impulsaron los jefes de Gobierno de España y Turquía en el 2004, aunque el autor de Señas de identidad prefirió hablar de "alianza de valores". Según Goytisolo, hay civilizaciones que comparten principios inspirados en la Revolución Francesa como la laicidad o el concepto de ciudadanía pese a tener religiones diferentes, como Bosnia, país que "la UE y el resto del mundo dejaron machacar", y Turquía.
NUEVO LIBRO
El Nobel ha cambiado la forma de vivir de Pamuk, pero no le ha jubilado. Al contrario, le ha dado un "impulso" para crear. Dentro de unos meses se publicará en su país su nueva novela, Museo de inocencia, que aborda las obsesiones de un hombre por una mujer en el Estambul de los últimos 20 años.
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