La coincidencia de fechas aviva la batalla de los festivales de verano

NANDO CRUZ / BARCELONA

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La guerra entre los festivales españoles de música, evidente aunque nunca confirmada por las partes, ha entrado en una nueva fase que promete un verano del 2008 aún más tenso. El anuncio de que el Summercase retrasa su edición una semana para no coincidir con "dos de los festivales europeos más importantes" lo sitúa en el mismo fin de semana que su rival más cercano, el FIB de Benicàssim. El Summercase lo justifica como una "consecuencia del año bisiesto". El FIB no lo entiende así.

Rebobinemos. En el 2006, el Primavera Sound acusaba al Summercase de asentarse en el mismo lugar que ellos, el Parc del Fòrum. En el 2007 el FIB lamentaba que el Summercase se celebrase justo una semana antes de su festival, con el perjuicio que eso les causaba a la hora de atraer público. En el 2008 la promotora Sinnamon estrenará el Daydream, otro festival en el Fòrum, con el grupo más deseado del año: Radiohead. Será el 12 de junio. Y retrasa el Summercase hasta el 18 y 19 de julio, cuando el FIB ha fijado sus fechas del 17 al 20 del mismo mes.

SILENCIO

Los hechos son estos. Las interpretaciones, variables. Pero aunque el Summercase lamente quedar como el malo de la película y en las oficinas del FIB se suban por las paredes, ni José Cadahía (director del primero) ni los hermanos Miguel y José Morán (codirectores del segundo) quieren hacer declaraciones. En principio, la coincidencia de fechas no tendría que acentuar aún más las pujas por la contratación de bandas que ya hubo en 2006, pero este año se disputan algo más: el público.

Hasta ahora, la batalla se libraba al amparo de la ley de un libre mercado donde el último (Summercase) debe pelear más por ganarse el espacio. Y entendiendo que el público se beneficiaba ante la creciente oferta. Este año, no. El público solo podrá ir al FIB o al Summercase y hay la sensación de que alguien tendrá que perder el pulso. Quizá ambos, porque también se dividirán el impacto mediático, publicitario y de imagen; básicos para asegurar patrocinios, contrataciones y, en definitiva, la salud de cada evento.

Otra consecuencia es la pugna por los artistas. Eso puede implicar que ambos festivales deban alterar aún más su supuesto perfil alternativo para cazar artistas de más tirón. El Summercase fichó en el 2007 a Lily Allen y Mika. Miguel Morán ha dicho que negocia con REM y Dylan. Y aunque el Primavera Sound, de filosofía y presupuesto más modestos, parezca salir ileso en la liza, ya se ha quedado sin My Bloody Valentine.

Pero queda una ficha por mover. El FIB planea desde hace años una edición paralela que inicialmente se iba a celebrar en Euskadi, pero son cada vez más insistentes los indicios que apuntan a que se podría reubicar en Madrid: a pocos kilómetros del Summercase que organiza en Boadilla del Monte esos días. En tal caso, el tercer fin de semana de julio habría cuatro festivales similares.

En algo más coinciden FIB y Summercase. Ambos han puesto a la venta los abonos a un precio de oferta que expira el mismo día: el 15 de enero. Se supone que entonces se anunciarán los primeros nombres. Mientras, todo serán llamadas a los agentes de contratación. Que, un año más, se frotan las manos.