Arthur C. Clarke cumple 90 años a la espera de "una llamada de ET"

NACHO PARA / MADRID

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Arthur C. Clarke aprendió de Bob Hope que uno se da cuenta de que empieza a ser viejo cuando las velas cuestan más que la tarta. Con aspecto saludable y la misma mente preclara que le llevó a escribir 2001. Una odisea del espacio, el autor británico sopló el domingo la única vela que las autoridades de Sri Lanka, país donde reside, colocaron con asiático esmero en el pastel de su 90° cumpleaños. Agradecido, Clarke ha querido regalar a la humanidad un vídeo de nueve minutos (www.youtube.com/watch?v=3qLdeEjdbWE), a minuto por década vivida, donde dice que aún espera "una llamada de ET" y lanza visionarias reflexiones sobre el futuro. Viniendo de quien vienen, más les valdría tenerlas en cuenta a quienes gobiernan.

PROFECÍAS

"El teléfono móvil ha revolucionado la comunicación y nos lleva hacia una comunidad global conectada. Pero cuidado --advierte Clarke--. La tecnología es necesaria, aunque insuficiente para que los humanos se entiendan. Por eso aún hay numerosas disputas y conflictos en el mundo. La tecnología no servirá de nada sin tolerancia y compasión". Sentado tras su librería, donde destaca un ejemplar de 2010: Odisea dos (1982), el escritor defiende el optimismo como una forma de crear una "profecía autocomplaciente".

Clarke espera que todos hayamos aprendido algo del siglo XX, "el más cruento de la historia". Y avisa: "Solo cuando el mundo sea una familia, y no el entramado de tribus enemigas que sigue siendo hoy, habrá llegado la globalización real".

El nonagenario intelectual se despide pidiendo tres deseos. Uno: "Me gustaría ver alguna prueba de vida extraterrestre. Estoy convencido de que no estamos solos en el universo pero aún espero que ET nos llame y nos dé una señal". Dos: "Me gustaría ver cómo apostamos por las energías limpias, nos olvidamos de la adicción al petróleo y nos ocupamos del cambio climático". Y tres: "Que la paz llegue a Sri Lanka, mi país adoptivo, donde agrios conflictos han acabado con la vida de más de 70.000 personas desde 1983".

Nacido en 1917, Arthur C. Clarke conoció Sri Lanka en los años 50 atraído por su afición al submarinismo y la fotografía. Rápidamente se enamoró del lugar, y allí ha escrito gran parte de los 80 libros publicados hasta la fecha, la mayoría de gran enjundia científica. Cuando Neil Armstrong pisó la Luna en 1969, el Gobierno de Estados Unidos reconoció que Clarke había brindado con sus obras "la esencia intelectual para cumplir ese sueño".

Ahora, a sus 90 años, Clarke asegura que "la edad de oro del espacio no ha hecho más que comenzar", y pronostica que en los próximos 50 años miles de personas saldrán de la órbita terrestre y numerosos planetas se convertirán en destinos exóticos para los turistas.