El desalojo del polígono de Can Batlló se retrasa hasta el 2009

PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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El largo culebrón administrativo en que se ha convertido el ocaso de Can Batlló como polígono industrial, en pos de convertirse en un núcleo de viviendas, equipamientos y zonas verdes en Sants-Montjuïc, sufrirá otra retraso en el desalojo pendiente de sus talleres. Si hace solo cuatro meses se anunció que el traslado de las empresas que siguen en el recinto se llevaría a cabo a partir de principios del 2008, nuevos obstáculos demoran la operación hasta el 2009.

Para empezar, el trámite urbanístico que permitirá levantar una gran nave en la Zona Franca para reubicar a los empresarios todavía no está resuelto. De las casi 200 empresas que hace unos años acogía Can Batlló, en el barrio de La Bordeta, ya solo continúan unas 45, cuentan fuentes de la asociación de industriales. Poco a poco se han ido marchando, según finalizaban sus contratos y no lograban la renovación. En muchos casos han cerrado la empresa por no poder asumir un traslado costoso. En otros, se han mudado por su cuenta al área metropolitana. Pero al pie del cañón continúan quienes disponen de contratos largos, con derecho, por tanto, a ser reubicados.

El pasado junio se alcanzó un acuerdo entre el ayuntamiento, la inmobiliaria propietaria del recinto, los industriales y el Consorcio de la Zona Franca (CZF) para trasladar a los empresarios pendientes a naves del polígono industrial. Según el pacto, solo los que se comprometieran a esta mudanza podrán permanecer, mientras tanto, en Can Batlló.

NAVE EN L'HOSPITALET

La situación ha vuelto a complicarse. La primera nave que el consorcio ha construido a toda prisa (en ocho meses), en la calle de Motors, estará lista en enero del 2008, pero pertenece territorialmente a L'Hospitalet. Fuentes de la asociación de industriales de Can Batlló sostienen que esa nave, de unos 4.000 metros cuadrados, no está pensada para los usos que ellos precisan y creen que no les darán licencias. El consistorio hospitalense afirma que estudiarán una por una las solicitudes y aseguraron a este diario que no pondrán limitaciones, siempre y cuando encajen en la normativa general de usos y concesiones de la zona.

Fuentes del consorcio indican que ellos han puesto todas las herramientas que tienen en su mano, pero que no pueden intervenir en las licencias finales. Por contra, sí está claro que la segunda nave pensada para destinar a los afectados de Can Batlló, en la misma calle pero en los límites de Barcelona, acogerá actividad industrial, ya que el Ayuntamiento de Barcelona forma parte del pacto. Esta otra construcción, de unos 13.000 metros cuadrados, ni tan siquiera tiene fecha de inicio, dado que la necesaria modificación del Plan General Metropolitano (PGM) solo ha recibido la aprobación provisional. A falta de la definitiva, el CZF solo puede elaborar el anteproyecto.

Una vez concluida la tramitación y aprobado el plan aún harán falta unos 12 meses para la construcción de la nave, lo que aplaza su estreno al 2009. Además, el consorcio alerta de que el espacio es limitado y no puede garantizar que todos los desalojados pendientes tengan un lugar.

Los industriales de Can Batlló se han enterado de estas circunstancias ahora, al tratar de formalizar los llamados contratos de promesa de arrendamiento futuro, cuyo plazo acaba el 30 de este mes. "No cabremos todos, la gente está preocupada porque a estas alturas no sabemos si podremos ir a la Zona Franca", señaló un portavoz empresarial.

PETICIONES VARIOPINTAS

Hasta que los precontratos no acaben de tramitarse será imposible saber si alguien se queda fuera. Según fuentes del consorcio, las peticiones son variopintas, en cuanto a altura y dimensiones. Mientras tanto, los supervivientes del recinto se están concentrando en un sector de Can Batlló para permitir que avancen las primeras construcciones.