Diana Krall rememora su carrera triunfal en un disco

ROGER ROCA / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El fallecido contrabajista Ray Brown, que fue marido de la gran estrella del jazz Ella Fitzgerald en los años 40, cerraba así sus notas para los créditos del debut de Diana Krall, una pianista a la que apadrinó y convenció para que aprovechase sus dotes vocales: "Este es un excelente primer disco y preveo un futuro lleno de éxitos para esta señorita". Se quedó corto. Krall ha protagonizado el mayor fenómeno de ventas del jazz de la última década: la canadiense ha vendido más de 10 millones de álbumes, una cifra inimaginable para cualquier otro músico vivo de jazz.

Ahora resume sus años de éxito en un recopilatorio que incluye tres grabaciones inéditas y un DVD con videoclips y actuaciones en directo. The very best of Diana Krall arranca en 1996, cuando su carrera despegó gracias al disco de homenaje a Nat King Cole, All for you. Pero entró en el estrellato con When I look in your eyes y The look of love. Dos discos con orquesta, de tiempos lentos y arreglos lustrosos, que ponían el acento en la sensualidad de Krall y la presentaban como la nueva diva del jazz vocal. El primero le valió su primer Grammy, y el segundo, con tres millones de copias, la llevó al top ten de los álbumes más vendidos.

PIEZAS EN DIRECTO

Su éxito volvió a poner de moda la figura de la cantante y desató una carrera entre las discográficas por hallar vocalistas femeninas, jóvenes y atractivas. La relación de Krall con su imagen pública es compleja. Controla cada foto que se le toma y es responsable de la imagen que proyecta, pero lamenta que se dedique demasiada atención a su aspecto de mujer sexi.

La recopilación incluye piezas de su álbum en directo, A night in Paris, pero pasa de puntillas por The girl in the other room, que compuso con su marido, Elvis Costello. Solo una versión inédita de Tom Waits, rescatada de las sesiones de grabación, da cuenta del que Krall considera el álbum más importante de su carrera. Lo grabó en el 2002 tras la muerte de su madre y dos amigos, Ray Brown y la cantante Shirley Horn. Para la cantante es un disco autobiográfico que refleja una etapa dolorosa.

La selección del recopilatorio refleja, según Krall, su actual estado de ánimo; no se cansa de repetir que su matrimonio con Costello y sus mellizos, de 10 meses, la han hecho más feliz. La maternidad la mantiene apartada del escenario, aunque recientemente actuó en la 50ª edición del festival de jazz de Monterey. En breve grabará un álbum que se publicará en un año. No ha trascendido el repertorio, pero se sabe que Krall cierra su etapa de cantautora y vuelve a contar con los arreglistas que la ayudaron a grabar sus mayores éxitos.