Nacho Vigalondo provoca el delirio con 'Los cronocrímenes'

Nacho Vigalondo, nominado hace dos años al Oscar por su magnífico corto7:35 de la mañana, se impuso un reto "personal" a la hora de afrontar su esperado debut en el territorio del largometraje: contar una historia de viajes en el tiempo que fuera más allá de las coordenadas propias de este subgénero de ciencia ficción. De ahí surgeLos cronocrímenes, original, sorprendente, delirante y descabellada propuesta que parte, según su director, de un complejo guión matemático. "Es una película imprevisible, frenética, disparatada, divertida y viva. Un juguete", considera. Y así la descodificó ayer el público de Sitges, donde fue recibida con sonoros aplausos.

La expectación era digna de un gran estreno por tratarse del filme ganador del Fantastic Fest de Austin (Texas), una cita ineludible para los seguidores del género. Pese al reconocimiento,Los cronocrímenesno tiene distribución en España. "Están más avanzadas las ventas internacionales". Las ofertas deremakeson varias, aunque aún no se ha firmado ningún contrato. "El rodaje casi me mata. Noto que he envejecido. No la volvería a dirigir jamás, pero es halagador que otro se atreva", dice.

Un hombre (Karra Elejalde) espía con prismáticos a una chica que se desnuda ante una momia rosa. A partir de esta misteriosa circunstancia, quedan atrapados en el tiempo ante un situación tan dramática como absurda, que inevitablemente volverán a vivir 24 horas después. Es una historia concebida como "una tragedia portátil" en la que el factor humorístico alcanza cuotas cósmicas. "Provoca la risa tonta". Es cierto, en las secuencias más surrealistas las carcajadas se apoderan de la sala.

Las limitaciones debidas a la escasez de presupuesto y la estética de serie B acrecientan ese delirio colectivo de risa incontrolable. ¿Cómo puede funcionar elwalkie talkietras caer en un tanque lleno de líquido? ¿Por qué el monstruo se pone un abrigo que casualmente encuentra en el bosque cuando los demás van en manga corta? "Fue una odisea encontrar la financiación", reconoce. La siguiente lucha fue que los actores descifraran la trama. "La primera vez no entendía nada", confiesa Elejalde, para quien su personaje no tiene motor interno. "Es un pez llevado por una corriente de tonterías que le empujan al abismo".