María Bayo: "Victoria de los Ángeles será siempre uno de mis referentes"

CÉSAR LÓPEZ ROSELL / TORROELLA DE MONTGRÍ

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María Bayo transmite calidez. La carismática soprano navarra, una de las habituales en los grandes escenarios operísticos internacionales, actúa en el Festival de Torroella y al hablar del programa que abordará lo hace con la ilusión de quien afronta un atractivo reto. Para ella, una artista rigurosa y exigente, cualquier nuevo empeño es un motivo para buscar la excelencia. Y así se toma el recital de esta noche (22.00 horas) en la iglesia de Sant Genís, acompañada por la Orquesta de Cámara de Ginebra.

--Bizet, Berlioz y, sobre todo, zarzuela. ¿Es una elección deliberada?

--Es un programa que tiene muchos atractivos y que se planteó como proyecto con motivo de la Copa América. Elegimos un repertorio que mezcla culturas porque va del romántico francés con influencia española, en el caso de una pieza de Berlioz sobre Granada, a la zarzuela de la segunda mitad del siglo XIX. Esta opción me ha permitido descubrir cosas interesantes.

--Algo que liga mucho con una trayectoria marcada por la búsqueda.

--Así es. Este es el caso de la zarzuela La marsellesa y La tempranica, que acabo de grabar con la Sinfónica de Tenerife, o la zarzuela cubana Cecilia Valdés. De ellas hemos extraído piezas para este recital, que hemos presentado, además de en Valencia, en mi pueblo natal, Fitero, y próximamente en San Sebastián y Ginebra.

--Dar a conocer la zarzuela y el barroco español es una de sus obsesiones. ¿Hasta qué punto?

--Hasta el de buscarlo como los ratones en las bibliotecas. Es una tarea complicada, sobre todo en el barroco, pero no solo aquí. Ahora queremos montar un espectáculo de barroco italiano creado, en su época, para una cantante y resulta difícil encontrar las partituras originales. Me siento comprometida con la idea de divulgar nuestro amplio y rico repertorio por el mundo.

--Vaya, que casi sigue los pasos de Plácido Domingo.

--Con él grabé La verbena de la paloma y he hecho alguna gala. Y también hice zarzuela con Alfredo Kraus. Es un género con muchas posibilidades de exportar. Y, claro, me gustaría poder representar alguno de los títulos en el Metropolitan de Nueva York o en otros grandes teatros. Plácido y Rolando Villazón acaban de ofrecer un programa en Salzburgo. La nueva generación de cantantes latinoamericanos van a dar que hablar con nuestra música.

--¿Hay un boom

--Han surgido, sobre todo, buenos tenores, como Juan Diego Flórez, el citado Rolando, con el que canté en el Liceu L'elisir d'amore, y Ramón Vargas, con el que debuté en Lucerna con La sonnambula.

--Lo de Torroella es una fijación. Quieren que venga cada año.

--Es algo que me hace ilusión, porque es un festival de prestigio en el que además puedo presentar nuevas propuestas. Para el año próximo ya estamos pensando en dos posibilidades, una de ellas relacionada con un recital con guitarra.

--Usted tiene fama de perfeccionista. ¿Ha tenido algún problema con los directores?

--Sí, soy exigente, pero sobre todo conmigo misma. Y he tenido algún problema, pero no con los directores de escena, sino con la parte musical. Los teatros destinan cada vez menos tiempo a los ensayos para no tener que elevar los costes de las orquestas y esto me subleva. Detesto la chapuza y la improvisación. Kraus les impuso una distancia mínima de tres días entre una actuación y otra.

--¿Tendría sentido su vida sin Mozart? Hasta su hija Illia tiene el nombre uno de sus personajes.

--Me temo que no podría vivir musicalmente sin este autor (risas). Es el genio de los genios y el músico al que más admiro porque siempre descubro en él nuevos matices. Y es cierto que el nombre de la niña proviene de Idomeneo. Pero también tienen un lugar en mi corazón Rossini, un autor que mezcla sorna y delicadeza. Y Massenet. O Cavalli, de quien interpreté una inolvidable La Calisto.

--Recientemente participó en un homenaje a Victoria de los Ángeles. ¿Es uno de sus referentes?

--Lo es y lo será siempre. Creo que hay que emularla para extraer de su legado todo aquello que nos puede aportar. Recientemente canté la Nedda de Il pagliacci en el Real y escuché una grabación suya sobre esta obra de Debussy. También me inspiró su Melisande y, en general, su coherencia. De ella y de mi admirada Teresa Berganza recibes lecciones para aplicarlas a tu propia personalidad artística.

--¿Qué personajes de la ópera le han marcado más?

    --Aparte de la Susanna de Las bodas de Fígaro de Mozart, la citada Melisande, que es un papel que te devora, o la Manon de Massenet, un personaje muy similar al de La traviata.

--En un año va a dar casi la vuelta al mundo con varios personajes y tendrá un debut en en Dresde.

--Sí, con el papel de la Condesa de Las bodas..., que cantaré mirando con pena a esa Susanna que me ha dado tantas satisfacciones.

--¿Cuándo la veremos en el Liceu?

--El 2009 con un recital de barroco y en el 2011, con una ópera por decidir. La programación actual del teatro no va con mi repertorio.

--¿Que podemos hacer para popularizar la ópera?

--Primero, inculcar la música culta a los niños en las escuelas, y después impulsar iniciativas como esas funciones de segundo reparto que hace el Liceu y que ayudan a promover este arte entre los más jóvenes.