Jessye Norman, una dama muy mística

La diva de Augusta triunfó en el Festival de Cap Roig con un programa dedicado a Duke Ellington

CÉSAR LÓPEZ ROSELL / CALELLA DE PALAFRUGELL

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Y apareció la dama. Impactante, con un espectacular vestido de color blanco crudo. Reina en el reino de las divas, la soprano de Augusta volvía para mostrar su versatilidad. De nuevo con el programa de homenaje a Duke Ellington que ya había presentado en Catalunya. Pero eso poco importó a un público entusiasta, entre el que se encontraba el líder de CiU, Artur Mas, su compañero de filas Joan Vilajoana y Salvador Alemany, consejero delegado de Abertis.

Dueña de grandes recursos vocales, Norman se deslizó con autoridad por un repertorio alejado de sus habituales recitales de ópera y lied. Pero esta propuesta jazzística le permite mostrar su carácter histriónico y su capacidad para teatralizar, siempre con elegancia y una cierta sofisticación, sus interpretaciones.

El recital ofreció todo lo que era previsible. Ni siquiera las ráfagas de aire que en algunos momentos hicieron volar las partituras de los músicos, alteraron el programa. Los problemas del bajista Jeremy Brown para retener los papeles en el atril ayudaron alshowal provocar las risas y también los aplausos para el músico cuando logró sujetarlos.

Anécdotas a parte, la diva mostró todo el misticismo que requería una primera parte dedicada a la música sacra de Ellington. En la segunda, la gala subió de tono con la interpretación de estandars de jazz. Una muy personal versión deSummertime, en el último bis, levantó al público de sus asientos. Y una cosa más. Nunca disparen al pianista, pero mucho menos si se trata de Mark Markham, extensión de Norman en el escenario, que deleitó con impagables solos. Y tampoco lo hagan con el trompetista Mike Lovatt, cuyas magníficas intervenciones merecieron una calurosa acogida del respetable.