El Príncipe de Asturias premia a Amos Oz por su defensa de la paz

LUIS ORDÓÑEZ / OVIEDO

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El Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2007 fue a parar ayer a latitudes geográficas de conflicto y a meridianos literarios comprometidos. El escritor israelí Amos Oz, candidato en otros años, fue distinguido con el prestigioso galardón siendo la primera vez que recae en un autor en lengua hebrea. El premiado se impuso a otros 34 nombres procedentes de 23 países, tras haber sido el "gran candidato" a este premio desde hace años. El galardón está dotado con 50.000 euros y una estatuilla diseñada por Joan Miró.

El acta del jurado, formado por 20 académicos, escritores y críticos, destaca que el escritor "ha contribuido a hacer de la lengua hebrea un brillante instrumento para el arte literario y para la revelación certera de las realidades más acuciantes y universales de nuestro tiempo".

De Oz (nombre hebreo que significa fuerza y que adoptó tras renunciar al apellido paterno Klausner) se destacaron mucho sus cualidades literarias, pero no menos que su compromiso con la causa pacifista en Oriente Medio. De hecho, es fundador del movimiento Paz ahora, que aboga por la convivencia pacífica entre Israel y Palestina como estados soberanos vecinos. Así, el jurado señaló la importancia de su "especial atención tanto a la defensa de la paz entre los pueblos como a la denuncia de todas las expresiones del fanatismo".

EL CRÍTICO

No todos compartían la pasión por esas facetas del escritor. La nota discordante la puso Fernando Sánchez Dragó, miembro del jurado, quien comentó que, si bien el nivel literario de Oz "está por encima de cualquier duda" a él no le gustan los escritores que "van de redentores de la humanidad".

Con todo, el resto de reacciones al fallo fueron unánimes. Juan Goytisolo describió a Oz como "uno de los escritores israelíes más importantes y el que tiene una visión más justa del problema palestino". El director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, pese a que no había ocultado su preferencia por el reconocimiento a algún autor de habla hispana, destacó que el israelí "tiene una literatura jugosa, que produce el placer de la lectura" y es un autor "muy abierto a la universalidad y al respeto al otro".

Para la ministra de Cultura, Carmen Calvo, se trata de un galardón "merecido, oportuno e impecable" a un autor que "ha aportado un discurso realista y necesario de la paz en Oriente Medio".

El premiado ha cultivado tanto la novela como el ensayo y numerosos artículos periodísticos. Traducido a más de 30 idiomas, tiene una amplia obra que en España ha publicado la editorial Siruela, con títulos como Una historia de amor y oscuridad, novela autobiográfica, La caja negra o Contra el fanatismo. En otoño se publicará en castellano Fima, la historia de un hombre huérfano de madre y con una complicada relación con el padre.