'TRES VERSIONES DE LA VIDA', movimientos en la superficie

GONZALO PÉREZ DE OLAGUER

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AUTORA Yasmina Reza

ADAPTACIÓN Y DIRECCIÓN Natalia Menéndez

TEATRO Apolo

ESTRENO 24 de enero

Yasmina Reza (París, 1959), autora de Arte, uno de los mayores éxitos teatrales de los últimos 10 años a nivel mundial, acaba de estrenar en el Apolo Tres versiones de la vida (2000) en una producción en castellano impulsada por la actriz catalana Silvia Marsó, que llevaba una década sin actuar en Barcelona.

Un reparto popularizado por la televisión, con Carmen Balagué, José Luis Gil y Joaquín Climent, que acompañan a Marsó sobre el escenario. La dirección del montaje corre a cargo de Natalia Menéndez, que en el pasado ha puesto en escena a autores como Topor y Fassbinder.

La obra presenta tres versiones de un mismo hecho, representadas por los mismos actores. Sin alcanzar los valores que tenía Arte, creo que este nuevo texto es perfectamente defendible desde la observación minuciosa, la ironía y el humor.

La función del Apolo, sin embargo, no le saca al texto original todo cuanto contiene y acaba siendo una representación comercial de poca enjundia, excesivamente superficial. En este sentido será interesante ver qué hace Xicu Masó con el mismo texto, en una producción catalana que estrenará en el Teatre Lliure el próximo mes de marzo.

La relación de parejas está en el centro de la reflexión que propone Reza, que habla de las cuotas de poder en la vida de cada día, del triunfo profesional en una sociedad fuertemente competitiva y de las hipocresía social. El montaje de Menéndez no se adentra en estos temas y se queda en la superficie de los mismos, seguramente porque el reparto no la ayuda en absoluto.

La comicidad va siempre por delante de la ironía, y la imagen del vodevil acaba siendo la principal de una historia sutil y con bastantes recovecos. Los cuatro actores se entregan totalmente, pero se mueven siempre en el terreno antes señalado. Un entretenimiento poco consistente.