"Los intelectuales deben despertar, ser como Voltaire"

Desde pequeño, Martí Domínguez ha vivido rodeado de libros. Aunque empezó estudiando biológicas, siempre había sentido una fascinación por la literatura inculcada por su abuelo, Martí Domínguez Barberà, célebre periodista valenciano. Cuando estaba haciendo el doctorado en París topó con Buffon, naturalista y escritor del siglo XVIII, al que dedicó su debut literario.Les confessions del comte de Buffon, le valió a este devoto de Joan Fuster y Josep Pla el Premi Octubre de Narrativa y el Crexells de 1997. Dos años más tarde este profesor de periodismo de la Universitat de Valencia se llevó el Prudenci Bertrana porEl secret de Goethe. Su tercera novela,El retorn de Voltaire, le ha brindado el 39° Premi Josep Pla.

--Con esta obra cierra su trilogía sobre la Ilustración.

--He querido cerrar el ciclo con la persecución y mostrar el aislamiento del libre pensador.

--Para plasmarlo, nada mejor que la figura de Voltaire.

--Siempre me ha interesado y soy miembro de la Sociedad Volteriana. Buscaba mostrar cómo a los 84 años decide volver a París y salir del agujero en el que estuvo escondido 30 años. Todas las cartas, todas las confesiones, todas las humillaciones son reales pero la obra quiere ser algo más que una reconstrucción.

--¿Nos falta espíritu ilustrado en la sociedad en la que vivimos?

--El único valor real es el dinero, sin importar cómo lo consigas. Allí están casos como los de Julián Muñoz, Carlos Fabra, Andratx. Puedes escribir diciendo que ese señor es un sinvergüenza y le dará igual. Se ha dado pábulo al crápula.

--Aboga por Voltaires en el seno de todos los grandes ismos.

--Vivimos en un mundo abocado al fracaso. No sé si días antes de la segunda guerra mundial la gente se sentía igual. Hacen faltavoltairesyanquis y musulmanes, aunque uno musulmán lo tendría crudo.

--¿Ha sido derrotada la razón?

--Pensábamos que internet cambiaría el mundo. Pero tenemos toda la información y vamos a peor. No podemos decir que no lo sabíamos: somos culpables. Los intelectuales deben despertar, no pueden encerrarse en su mundo erudito. Deben servoltarianamentevisibles.

--El libro tiene cuatro lecturas --una épica, una romántica, una ideológica y una religiosa--. ¿Dónde ha metido más el dedo en la llaga?

--Más en la religiosa, porque se ve la persecución sin escrúpulos de la Iglesia a un moribundo para arrancarle una confesión. Fue una de las persecuciones más duras de la historia junto con la de Galileo. Pero así como Galileo hincó la rodilla, él se mantuvo valientemente firme.