'El perfume' prestigia a Catalunya como plató

Tom Tykwer considera que le tocó "el gordo" al descubrir Barcelona y Girona

CRISTINA SAVALL / BARCELONA

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A Tom Tykwer le fascinó el reto de llevar a la pantallaEl perfume, la obra magna de Patrick Süskind, película que proyecta a Catalunya como un magnífico escenario. Al cineasta alemán le atrajo la propuesta de Bernd Eichinger, el productor deEl nombre de la rosa, por la posibilidad de realizar una película de época que no resultara aburrida, por la dificultad de trasladar las intensas sensaciones de aromas y hedores que genera el sentido del olfato y, sobre todo, por tratarse un relato excelente.

"Lo tiene todo: gran trama, gran protagonista y espectaculares escenarios",agrega el director deCorre, Lola, corre, que aún no entiende como Stanley Kubrick renunció a contar la historia del uno de los personajes de ficción más conocidos de la literatura universal: el insigne perfumista Jean-Baptiste Grenouille, un asesino que busca la máxima expresión de la belleza al componer una fragancia con la esencia de muchachas vírgenes (25 pelirrojas en el libro; 12 en el filme y no todas con el mismo color de pelo, ya que fue imposible encontrar dos actrices gemelas con ese tipo de melena, piel blanquecina y ojos verdes).

La película, en la que participa Filmax, llega el viernes con 310 copias, cifra avalada por el éxito que ha obtenido en Alemania, a pesar de haberse filmado en inglés."He tocado la nota acertada. El filme transmite la esencia y la atmósfera de la novela, aunque soy consciente de que cada lector hace su propia interpretación",considera Tykwer, que recuerda que un libro no huele."En cambio, Süskind logra todo tipo de sensaciones olfativas

La meticulosidad por los detalles que exigía esta producción llevó a trasladar gran parte del rodaje a Barcelona y Girona."Ya no existe el París del siglo XVIII. Fue como si nos tocara el gordo descubrir esos edificios tan bien conservados en Catalunya".Destaca también la entrega del equipo artístico y de producción catalán --encabezado por Edmon Roch-- y la complicidad que se produjo a la hora de reproducir en callejuelas y plazas del barrio Gòtic el hedor que se respiraba en esa época."Los barceloneses nos abrieron las puertas, a pesar de inundar la calle Ferran de porquería",bromea, ya que contrataron los servicios de ArtisPlus, que aplicó técnicas de restauración arquitectónica para que los materiales no tuvieran efecto real sobre paredes.

Los escenarios elegidos fueron calas de la Costa Brava y el Call de Girona, con su preciosas escalinatas; y de Barcelona, la iglesia de Sant Felip Neri, la plaza Reial, la de la Mercè, los laberintos d'Horta y el Poble Espanyol. Este emplazamiento acogió una de las secuencias más complejas: cuando toda la población de Grasse enloquece embriagada por el perfume y se entrega a una orgía masiva. Tykwer elogia el trabajo de Jürgen Müller, de La Fura dels Baus.

"En esa escena, 750 figurantes acaban desnudándose, entregándose a un acto amoroso más emocional que sexual. El resultado es como la coreografía de una danza".El director la interpreta como un"homenaje"a Spencer Tunick, que hizo en Barcelona una de sus fotos"más famosas".

Costó encontrar a los jóvenes actores: Ben Whishaw, en el papel de Grenouille, y Rachel Hurd-Wood, en el de la bella Laura. En cambio no hubo dudas con Dustin Hoffman y Alan Rickman. Tykwer buscaba en el protagonista una mezcla de inocencia y de sensación inquietante de peligro, que despertara en el público"un sentimiento de miedo y, al mismo tiempo, de comprensión".Whishaw cuenta que preparó su personaje huyendo del concepto de psicópata, buscando el instinto animal."A cómo olfatean, cómo interactúan en su propio medio ambiente".Lo logra.