Zadie Smith satiriza el mundo académico en 'Sobre la belleza'

La obra actualiza el conflicto de clases de 'Regreso a Howards End'

ROGER PASCUAL / BARCELONA

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Poca gente está preparada para soportar el peso que supone que su primera novela se convierta en un exitazo de ventas y que la crítica la señale como la gran esperanza de las letras anglosajonas. Menos aún si solo se tienen 25 años. Muchos se sentirían atenazados por elsíndrome de Bartlebyy no volverían a engarzar dos palabras para no defraudar las expectativas creadas. Otros, a riesgo de parecer arrogantes, se refugiarían tras una coraza y aparentarían ser impermeables a los comentarios. Esta es la senda que decidió tomar Zadie Smith (Londres, 1975) tras alcanzar la fama en el 2000 conDientes blancos.

Después de refrendar su talento enEl cazador de autógrafos, la multipremiada autora satiriza ahora la vida académica británica enSobre la belleza(Salamandra / La Magrana), una particular revisión deRegreso a Howards End."Es un poco deprimente que me consideren una escritora de sátiras; es más bien un homenaje indirecto a la perfección",aseveró Smith en la presentación del libro ayer en Barcelona. La escritora, hija de una modelo jamaicana, no permitió que le hicieran fotos. Parapetada bajo una gorra y con una actitud displiciente, proclamó sentirse ajena al fenómeno literario que ha generado:"He vendido millones de libros pero eso no tiene importancia. Lo único que me interesa es escribir un buen libro".

LA SOMBRA DE LA NÉMESIS

Finalista del Premio Booker 2005 y el Premio Orange 2006,Sobre la bellezaparte de la desoladora vida de Howard. Casado con una mujer que sobrepasa los 120 kilos con la que tiene tres peculiares hijos, este profesor universitario que bordea la sesentena debe asimilar la llegada a su facultad de su su némesis, el conservador Monty Kipps. Aunque haya sido interpretada por algunos analistas en clave racial, la contraposición entre ambas familias sirve a Smith para actualizar el clásico de E. M. Foster y ahondar en la sempiterna controversia entre progresía yestablishment."Necesitaba dos personajes con opiniones muy fuertes para preguntarme qué significa tener un posicionamiento muy férreo sobre un tema y hasta dónde se puede llegar para defenderlo",apuntó esta intelectual catalogada por la revistaTimecomo una de las personalidades más influyentes del 2006.

La escritora, miembro de la Royal Society of Literature, calibra la presencia de novelistas en el ámbito universitario como algo fundamental para que el mundo académico mantenga el contacto con la realidad:"Es necesario para que se den cuenta de que los escritores son humanos y tienen defectos, como todo el mundo".En un arrebato de modestia, declaró que le incomoda queDientes blancossea de lectura obligada en las escuelas inglesas:"Hay que leer a muchos muertos antes de empezar a preocuparte por los autores nuevos".

Unida sentimentalmente al poeta Nick Laird, comentó que, lejos de suponer una lucha de egos, la convivencia la ayuda a relativizar la importancia de su obra."Cuando estás rodeada de 20 poetas, sientes que para ellos una novelista es casi una aficionada",comentó. De hecho, esta creadora, que contempla la literatura como"una forma de aprendizaje vital tanto para el autor como para el lector",cree que sería incapaz de escribir uno solo de los poemas que hace su marido ni aunque le fuera la vida en ello.