30.000 personas esperan entrar en la Modelo para vivir su historia

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J. G. ALBALAT / BEATRIZ PÉREZ

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Alrededor de 30.000 personas se han inscrito ya en la página web de la Conselleria de JustíciaConselleria de Justícia para poder visitar la Modelo en los próximos meses. El departamento que dirige Carles Mundó ha organizado en el interior del centro penitenciario, que dejó de funcionar como tal el pasado 8 de junio, la exposición 'La Modelo nos habla. 113 años. 13 historias'. 

La muestra estará abierta hasta el 26 de noviembre y las cifras no dejan lugar a dudas de la enorme atracción y el interés que la antigua prisión de Entença genera en la ciudadanía. El pasado lunes, día de su inauguración, la visitaron un total de 760 personas, incluidas las que por la noche acudieron al pase, en su patio, de la película 'Salvador (Puig Antich)'. Este martes lo han hecho unas 550.

Los visitantes no solo pueden entrar en la cárcel y visitar sus galerías, el puesto de vigilancia ubicado en el centro del recinto (el "panóptico", que permitía controlar las seis galerías de la prisión) y el patio donde los reclusos salían al aire libre, sino que también tienen la oportunidad de experimentar en persona la sensación que produce pasar por la cancela de entrada de una cárcel, donde no se abre una puerta hasta que la que queda a la espalda se cierra. Para esta exposición se ha conservado todo tal y como lo dejaron los últimos internos que abandonaron la penitenciaria, aunque, eso sí, con el suelo y las estancias más limpias.

UN EXPRESO POLÍTICO

Uno de los primeros en visitar la prisión es Luis García (nombre ficticio), de 83 años. Él fue, de 1953 a 1965, un preso político del régimen franquista encerrado en la Modelo y prefiere mantenerse en el anonimato. "Yo no estaba mal dentro de la cárcel. Trabajé de zapatero. Y, mientras estuve dentro, mataron a tres internos mediante garrote vil", cuenta. Asegura que este regreso, 52 años después de su salida, le ha "impresionado", aunque encuentra todo muy cambiado.

"Cuando yo estaba dentro, éramos unos 1.000. Los funcionarios nos tenían miedo. Me acuerdo bien de su alegría cuando mataron al maqui Francesc Sabaté en Sant Celoni", dice. 

'La Modelo nos habla. 113 años. 13 historias' selecciona 13 personas o grupos que han estado presos o vinculados a la Modelo desde 1904, cuando fue inaugurada, hasta la actualidad. Cada uno de ellos representa un periodo concreto dentro de los 113 años de la vida de la prisión. Hay tres galerías abiertas al público, pero también se pueden visitar los locutorios donde las familias podían comunicarse.

LA CELDA DE PUIG ANTICH

Así, el visitante tiene acceso a la celda del anarquista Salvador Puig Antich, la real, la 443, en la que pasó sus últimos días. Otros habitáculos están dedicados al expresidente de la Generalitat, Lluís Companys, y a Juan José Moreno Cuenca, 'El Vaquilla'.  Entre tanto personaje conocido, hay otros anónimos, como A. R, 'la Gilda', un camarero de 24 años detenido en 1955 por ser homosexual. Y hay una celda dedicada a los 113 encarcelados de la Assemblea de Catalunya, detenidos en 1973.

Mariona Chavarria, vecina del barrio, visitó la Modelo este martes. "Aquí dentro está la historia del país. Me gusta la exposición porque recoge hechos individuales, pero también colectivos", destaca. Se confiesa "impactada" al ver un edificio "tan antiguo" que, aun así, conserva "cierta belleza". "Pero lo que más me impacta es que hasta hace un mes había gente aquí dentro". En su opinión, no tenía sentido mantener a personas "encerradas" en el centro de Barcelona, por lo que valora positivamente el cierre de la cárcel.

PROFESIONALES

La exposición también reivindica la figura de los profesionales del servicio penitenciario que dependen de la Generalitat desde 1984. Se trata de 5.600 funcionarios de servicio interior, maestros, educadores, trabajadores sociales, psicólogos, monitores, personal sanitario y juristas que se dedican a la reinserción social de las personas privadas de libertad.

"Esto está cargado de muchos sentimientos y más bien tirando a malos", comenta otro visitante, José Sánchez, dentro de la paquetería, el triste lugar donde antaño estaba el garrote vil que acabó con la vida de Puig Antich, entre otros muchos. En el suelo, todavía se pueden ver unas marcas que indican dónde estaba esta máquina de aplicación de la pena capital que ahora la muestra ilumina y señala con un foco de luz.

Sánchez ha venido este martes desde Cerdanyola para ver la exposición. "Refleja la historia de la delincuencia. Creo que es muy buena idea abrir la Modelo al público, tiene una función educativa", señala. También opina que "es bueno" que se haya cerrado, pues estaba "obsoleta".

ANGUSTIA

Reclusos de tercer grado del Centre d'Iniciatives per a la Reinserció (CIRE) son los encargados de controlar esta visita autoguiada. En total, hay 18 personas en cada turno (mañana, tarde y fin de semana), todas ellas contratadas.

"La exposición me ha gustado mucho. Ahora bien, el visitante no ve verderamente lo que ha pasado dentro. La dureza de la realidad queda disminuida", comenta a la salida Roser Arús. Para su marido, Joan Domínguez, la muestra, aunque sea una "recreación", sí logra transmitir la "sensación de angustia" que los reclusos pasaron dentro.  "A veces criticamos a los presos, pero cuando ves esto, te das cuenta de que es muy duro", reflexiona Domínguez. Lo saben bien quienes estuvieron encarcelados en la Modelo.