EL CLÁSICO
Flick se relaja de otra manera que Szczesny: "A veces fuma un poco"
Balde y Casadó reciben al alta para volver en el Barça-Madrid

Hansi Flick sonríe durante la rueda de prensa previa al clásico. / Javi Ferrándiz / SPO


Joan Domènech
Joan DomènechPeriodista
Periodista. Título de Entrenador de fútbol nivel A. Deportista vocacional. Tras retirarme como futbolista, empecé a trabajar en Mundo Deportivo (12 años, 1988-2000). He asistido a cuatro Mundiales y cuatro Eurocopas. Coautor de varios libros. Miembro del colectivo ‘Periodistes Solidaris’ y 'Amics de Johan'.
Noventa y cuatro acreditados pertenecientes a 65 medios de comunicación sólo para la jornada de entrenamiento del Barça demuestran la expectación que despierta el clásico con el Madrid. El duelo puede ser crucial para el desenlace por el título, pero el resultado no será definitivo para proclamar al campeón, aunque el triunfo azulgrana despejaría las incógnitas. El grupo de Hansi Flick disfrutaría de siete puntos de ventaja con nueve por disputarse.
El clásico es el epílogo del interés internacional por el gran duelo de La Liga, apartados los dos de la fiesta final de la Champions. La nacionalidad más representada es la polaca, atraída por los dos primeros polacos de la historia del Barça. Wojciech Szczesny y Robert Lewandowski. Y a la pregunta sobre el liderazgo del portero en el equipo en comparación con Lewandowski e Iñigo, Flick dijo riéndose: "Es más calmado y relajado, a veces fuma un poco".

Robert Lewandowski, Alejandro Balde e Íñigo Martínez, en un rondo del entrenamiento de este sábado. / Javi Ferrándiz / SPO
No aclaró el máximo responsable del equipo si le ha visto echar unas caladas o conoce el vicio del meta, del que no consigue desengancharse. "Pero él es así, tiene la edad que tiene, está muy relajado", añadió, sin ninguna reprimenda hacia el meta titular, de 35 años. Tampoco hacia su rendimiento, ni siquiera por haber encajado 14 goles en los últimos seis partidos.
"Jugar al máximo nivel"
No dio síntomas el entrenador del Barça de sentirse él tenso y preocupado en vísperas del clásico. Seguramente porque su equipo parte con ventaja en la tabla y ha vencido en los tres choques precedentes. Flick lo negó: "El clásico es el partido más importante para la afición, para los jugadores, para mí también, y el cuerpo técnico, y todo el mundo queremos ganarlo".
Aseguró el técnico alemán que no existe ni una brizna de confianza en exceso. El disgusto de Milán ha reprimido los triunfalismos. "Después de un partido así, todo el mundo sabe que no es fácil, pero hemos hablado en el vestuario y sabemos lo que tenemos que hacer", explicó Flick. Y lo que tienen que hacer, comentó, es "jugar a nuestro máximo nivel". Entiende el entrenador que no se verá a un Madrid vencido.

Lamine Yamal, en un ejercicio de calentamiento. / Javi Ferrándiz / SPO
El primero en casa
Será el primer partido que el Barça juegue en casa, después de la cita liguera del Bernabéu (0-4) y de dos finales en terreno neutral: en Yeda, Arabia, por la Supercopa de España (2-5 para el Barça) y la final de Copa de Sevilla (3-2 azulgrana). Sin que el resultado de este domingo tenga el mismo carácter decisorio, hay una gran porción de la Liga en juego, "el título más honesto" a juicio del entrenador porque designa al mejor después de 38 partidos.
Quedarán, después del choque, tres jornadas más. El calendario azulgrana es más complicado, con sendas visitas al Espamnyol y al Athletic, y un partido en casa con el Villarreal. Flick sigue considerando al Madrid, pese a los antecedentes favorables, "un formidable equipo", capaz de ejercer una presión alta, como ha intentado tímidamente en algunos pasajes de los partidos, pero que suele esperar a los azulgranas para aprovechar los espacios al contragolpe.

Vinicius e Iñigo son arrollados por Szczesny en la final de Copa. / Julio Munoz / EFE
Señas de identidad
El Barça no cambiará. Mantendrá su defensa adelantada, que es una seña de identidad del equipo. Flick deseaba implementar esa novedad en el juego azulgrana y la empezó a preparar desde la pretemporada, aunque tenía sus dudas. "Es algo que involucra a todo el equipo, no solo a la línea defensiva", aclaró sobre los distintos niveles de presión que se han de ejercer en función del lugar en el que está el balón.
Antes de perfeccionar el método, había que convencer a los futbolistas. A defensas, por ejemplo, como Íñigo Martínez, más acostumbrado a lo largo de su carrera a defender más cerca de la portería. Un estilo completamente distinto. "Se ha adaptado, ha aprendido y ha dado un rendimiento increíble y no es fácil a los 33 años", resaltó Flick, además de destacar el liderazgo que ejerce en el equipo. No consta que Iñigo fume como Szczesny.
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