CELTA-BARÇA (2-1)

El Barça sigue de vacaciones en Vigo

La falta de tensión defensiva de los azulgranas tras coronarse campeones pasa factura ante el Celta, que se salva con la victoria

FBL-ESP-LIGA-CELTA-BARCELONA Gabri Veiga celebra el primero de los goles que marcó al Barça.

FBL-ESP-LIGA-CELTA-BARCELONA Gabri Veiga celebra el primero de los goles que marcó al Barça. / Miguel Riopa / AFP

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Con la tercera derrota en cuatro partidos despidió el campeón la Liga que tanto le ha costado ganar. Cuando lo dio todo, obtuvo los resultados necesarios que le coronaron con una anticipación inimaginable. A la que se relajó, comprensible pero no justificadamente, comprobó cuál habría sido su destino si no se hubiera empleado al máximo de sus capacidades.

Cayó en Balaídos ante un Celta que se jugaba la vida, de la misma forma que cayó en Valladolid, con una pizca adicional de dignidad y con mejor resultado. El Barça que se hubiera jugado el título habría pasado por encima de un equipo que andaba en caída libre y que se salvó por la mullida colchoneta que tendió el generoso campeón.

Al Celta le salvó la necesidad de sobrevivir y el orgullo de un canterano personificado en Gabri Veiga (21 años), la gran revelación del club gallego, autor de los dos goles, uno a Ter Stegen, a quien le arrebató el deseo de batir el récord mundial de porterías a cero (se queda en las 26 de Paco Liaño) y el promedio más bajo de goles encajados. El otro, un churro, se lo endosó a Iñaki Peña, que salió de nuevo en el tramo final.

Kessie remata al marco del Celta que defiende Iván Villar.

Kessie remata al marco del Celta que defiende Iván Villar. / Miguel Riopa / AFP

Veiga acabó llorando en el banquillo, pero no de pena, sino de la tensión y del agotamiento, que le obligó a ser retirado del campo. El gol de Ansu Fati llegó demasiado tarde para que el Barça cerrara la Liga como Dios manda; solo sirvió para que el Celta utilizara todas las argucias en evitar que se pudieran dar cinco pases seguidos en los últimos minutos.

El Barça solo opuso pundonor y algunas ocasiones en el primer tiempo, cuando el rival temblaba como un flan. Kessie marcó un gol que fue anulado y llegó dos veces más al área para intimidar, y Lewandowski lanzó un tiro lejano que lamió el poste. Funcionó el equipo delante, pero no detrás, donde sostuvo su mayor fortaleza, desaparecida tras el alirón: siete goles en cuatro partidos, nueve si se cuentan los dos encajados tras el 0-4 ante el Espanyol.

Marcos evita una entrada de Mingueza en presencia de Beltrán.

Marcos evita una entrada de Mingueza en presencia de Beltrán. / Lavandeira

Entra Gavi y Eric retrocede

Gavi entró en el descanso para dar un poco de garra al equipo, blando y tierno, como se había visto en el gol de Veiga, sin que se advirtiera un ápice de tensión en las piernas de Marcos ni de Christensen, que tampoco son dechados de agresividad.

Entró Gavi en lugar de Christensen y eso desplazó a Eric desde el mediocentro al eje de la defensa. El tercer ensayo de Eric empeoró los precedentes, ya que no duró más allá del descanso. Su labor había sido meramente acompañativa porque De Jong se juntó a él y usurpó todas sus funciones, las más importantes, las que atañen a la construcción del juego. El holandés hacía y deshacía y Eric miraba, por lo que sería más útil en su posición natural de central.

El delantero polaco del Barcelona, ​​Robert Lewandowski con los defensores del Celta Vigo.

Robert Lewandowski, entre los defensas celestes del Celta. / EP

Jóvenes en el campo

Tampoco aprobó Ferran, que malogró otra ocasión para reivindicar méritos para continuar en el equipo. Situado de extremo izquierdo, no supo entender las demandas del entrenador sobre cuándo debía ir hacia dentro y cuando debía abrirse a la banda. No se entendió con Marcos y no superó a Mingueza, que jugó de lateral y fue una de las novedades de la revolucionaria alineación del Celta, con jóvenes en el campo (Veiga, Domínguez, Óscar…) y veteranos (Aspas, Mallo, Cervi…) en el banquillo y en la banda, interpelando a la hinchada para que animara. Conseguido el primer gol y sobre todo el segundo, el Celta no deseaba nada de un partido que abordó sobretensionado por la amenaza del descenso.

El intento de Xavi de reconducir la situación repetitiva de las últimas semanas resultó improductivo. Dembélé y Ansu Fati habían entrado para tener algo de presencia en ataque, pero el segundo gol de Veiga abortó un simple conato de ambición que quedó en eso, con la posterior entrada de Pablo Torre y un Barça desmontado, con De Jong de central y Kessié de mediocentro.

Lewandowski charla con Xavi durante el Celta-Barça en Balaídos con el que se cerró la Liga 22-23.

Lewandowski charla con Xavi durante el Celta-Barça en Balaídos con el que se cerró la Liga 22-23. / Efe

Ficha técnica

Celta: Villar (5); Mingueza (6), Unai Núñez (6), Domínguez (6), Galán (4); Veiga (9), Beltrán (4), Óscar (6), Carles Pérez (6), Seferovic (6), De la Torre (4). Técnico: Carlos Carvalhal (5). Cambios: Vázquez (5) por Mingueza (m. 67); Tapia (4) por De la Torre (m. 70); Cervi (4) por Veiga (m. 71); Aspas (sc) por Seferovic (m. 78).

Barcelona: Ter Stegen (4); Sergi Roberto (6), Koundé (6), Christensen (4), Marcos (5); Kessie (5), Eric (4), De Jong (6); Raphinha (6), Lewandowski (4), Ferran (4). Técnico: Xavi Hernández (4). Cambios: Gavi (5) por Christensen (m. 46); Dembélé (6) por Raphinha (m. 62); Ansu Fati (7) por Ferran (m. 62); Peña (4) por Ter Stegen (m. 62); Pablo Torre (5) por Eric (m. 72).

Goles: 1-0 (m. 42), Veiga; 2-0 (m. 65), Veiga; 2-1 (m. 79), Ansu Fati. 

Árbitro: Pulido Santana (4), canario. 

Tarjetas: Ferran, Raphinha, Cervi.

Estadio: Balaídos.