EL FUTURO DEL ASTRO

Messi y el Barça, el tiempo se acaba

Messi y PSG, ruptura total

Xavi: "No hay ninguna duda de que Messi nos ayudaría mucho"

Jorge Messi desmiente un acuerdo con Arabia Saudí

Messi, en un partido con el Paris SG.

Messi, en un partido con el Paris SG. / Reuters

Marcos López / Joan Domènech

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Ha vuelto a París y sigue sin saber dondé jugará la próxima temporada. Pero Leo Messi, que ha disfrutado de dos días libres en Barcelona, ya está en Francia para disputar el último partido con el Paris SG el próximo sábado en el Parque de los Príncipes ante el Clermont.

Se ha ido mientras se agota el tiempo para un hipotético retorno al Barça, que no depende de él, por mucho que Xavi insista que queda en sus manos.

Debe ser el último encuentro del astro argentino en ese estadio donde no ha sido bien recibido durante los últimos meses tras una experiencia frustrante (dos Ligas francesas no compensan los fracasos en Europa) que han teñido de amargura ese viaje de salida del Camp Nou que nunca quiso hacer.

Un camino complejo

Falta saber si desandará el camino emprendido hace casi dos años de retorno a la ciudad donde creció y al estadio, el Olímpico de Montjuïc, donde debutó con el Barça.

Si de Leo dependiera, firmaría ahora mismo. Pero no hay opción porque el Barça no ha desbloqueado el ‘fair play’, por lo que no existe, de momento, oferta alguna. El tiempo pasa y las prisas llegan porque las decisiones deben tomarse lo antes posible.

No puede, por lo tanto, el presidente Joan Laporta darle a Xavi lo que reclama: el retorno del ‘10’. Con Arabia Saudí aguardando, ya con el talón en mano para presentar el mejor contrato nunca visto a un jugador de fútbol. 400 millones de euros por una temporada. Aunque si se dieran las condiciones, el retorno al Barça complacería a Messi.

Leo Messi y familia, en Arabia Saudí.

Leo Messi y familia, en Arabia Saudí. / .

Leo ultima su decisión

Está casi más tiempo en Barcelona que en París. Este fin de semana, por ejemplo, se dio una curiosa coincidencia. El domingo estaba Messi en Montjuïc asistiendo al concierto de Coldplay. Fue coreado su nombre por los asistentes al estadio Olímpico. Casi a la misma hora, pero en el viejo Camp Nou, miles de azulgranas (cerca de 90.000) gritaban eufóricos "¡¡Messi, Messi!!" implorando el retorno del astro. Una tradición que se ha impuesto en cada minuto 10 de los partidos.

Él, entretanto, siente que su aventura parisina no ha salido nada bien, aunque en el camino haya alcanzado el paraíso de la tercera estrella con Argentina.

Empezó mal – Messi no quería irse – y termina mal con un equipo en proceso de deconstrucción. No olvida Leo ese forzado viaje que le hizo desmontar, en contra de su voluntad, todo el campamento familiar, tan arraigado como estaba él y su familia a Castelldefels. Y al Barça. Con 35 años, alcanzada la liberación en el Mundial, Messi debate sobre su última estación. Y tiene prisa por decidirlo pronto para evitar que se use su nombre..

Laporta saluda a Messi en su toma de posesión como presidente del Barça (marzo 2021).

Laporta saluda a Messi en su toma de posesión como presidente del Barça (marzo 2021). / Reuters

Laporta aún no tiene el documento

"He hablado con Messi para reconducir la situación", apuntó Joan Laporta, el presidente del Barcelona, hace ahora dos semanas, convencido de que encontraría la solución para abrirle la puerta de regreso. Pasan los días y el club no logra obtener el acuerdo de LaLiga al plan de viabilidad que ha presentado. Un plan que no solo contempla la ‘operación Messi’ sino que va mucho más allá.

Laporta no quiere pasar a la historia como el presidente con el que el ‘10’ abandonó el Camp Nou muy a su pesar. Leo no quería irse. Pero tuvo que marcharse, sin tener siquiera la posibilidad de despedirse de la afición azulgrana, algo que sí han podido hacer, por ejemplo, las últimas leyendas del club: Xavi (2015), Iniesta (2018), Busquets y Alba (2023).

El presidente sigue alimentando la esperanza de ese retorno, que sería capital para la reconstrucción del Barça. Capital en lo económico – Messi generaría más ingresos y de forma inmediata – y capital, además, en lo deportivo porque aportaría gol, desequilibrio y contundencia ofensiva a un equipo, el de Xavi, que ha tenido que vivir casi en exclusiva de Lewandowski.

Con eso, según el argot ‘messiánico’, le alcanzó para conquistar con brillantez la Liga. Pero topó, de nuevo, con Europa. Messi ha aguardado la llegada de ese documento oficial que, al menos, pudiera estudiar. 

Messi y Xavi cuando el argentino recibió el premio de mejor jugador de Europa (2015).

Messi y Xavi cuando el argentino recibió el premio de mejor jugador de Europa (2015). / Reuters

Xavi insiste y le traslada la presión a Messi

Xavi ya se imagina dirigiendo a Messi en Montjuïc. En su pizarra ya lo ha colocado de “casi medio-centrocampista”, como confesó en una entrevista al diario Sport. El técnico es el hilo directo con el ‘10’. El único interlocutor tras la conexión tejida durante años como compañeros. Eso se traslada ahora en esas charlas (o mensajes) entre París y Barcelona.

"Leo podría jugar en varias posiciones, de falso nueve, de extremo, de interior, de extremo, incluso en la base viniendo para hacer un último pase… No hay ninguna duda de que nos ayudaría mucho. Ninguna duda", recalcó el entrenador, quien en sus últimas apariciones públicas ha trasladado el peso de la decisión a Messi.

Un peso que, sin embargo, no compete solo al ‘10’, quien se marchó furtivamente, sin posibilidad ni tan siquiera de pisar el Camp Nou para despedirse. “Todos los culés estamos de acuerdo que Messi se merece una despedida, un homenaje, vamos a ver. Messi es historia del club, no sabemos si vendrá o no, pero es el mejor futbolista de la historia y se merece también una despedida", sostuvo Xavi tras el triunfo sobre el Mallorca, emocionado como andaba por el sentido homenaje que recibieron Busquets y Alba.

"Todo depende de lo que quiera hacer él, todo depende de él", recalca, una y otra vez, Xavi. Pero no todo depende de Messi. Y el tiempo se agota para los dos. Para Leo y para el Barça.  

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