Busquets cuenta el día en que Guardiola apostó por él: "Serás titular, ¿estás preparado o estás cagado?’'"

Era el verano de 2008. Y Sergio Busquets, uno de los descubrimientos de Pep Guardiola, andaba por el filial tras ser campeón de Tercera División. Un filial que comenzaba a entrenar Luis Enrique. Debuta Guardiola en Soria con una derrota ante el Numancia (1-0).

Luego, dos semanas de parón en la Liga, donde arrecia una tormenta de críticas para el sucesor de Rijkaard en el banquillo del Camp Nou. Y entonces Pep acude en su domingo libre al Mini Estadi.

De suplente en el Mini a titular en el Camp Nou

Juega el Barça B de ‘Lucho’ ante la Gramenet y Guardiola mira con curiosidad la hoja de alineaciones que le llega a la grada. Mira inquieto y ve que no está ‘Busi’, quien firma un viaje prodigioso: suplente en el Mini, titular en el Camp Nou.

"Sí, es verdad. Era la segunda jornada con el Barça B y fui suplente. ¿Por qué? Bueno, había hecho la gira de pretemporada con el primer equipo. Primero, en Escocia; luego, en Estados Unidos. Al llegar a Barcelona, y con cuatro días solo de entrenamiento, jugamos con el Barça B la primera jornada. Perdemos contra el Peña Deportiva de Santa Eulalia en Ibiza. En el primer equipo se habían quedado Pedro y Víctor Sánchez. Yo fui al B. En la segunda jornada, no salgo de titular. Estoy en el banquillo y creo que juego 20 minutos.

El tercer partido con el filial tampoco lo vas a jugar, me dijo Pep. ¡Te vienes con nosotros!"

— Busquets, capitán del Barça

Entonces, Pep me llama y me convoca para un partido de la Copa Catalunya en Sant Carles de la Rápita, donde marco un gol. Al acabar me dice: ‘El tercer partido con el filial, tampoco lo vas a jugar. Te vienes con nosotros’. Me fui con el primer equipo y el día antes del Racing me llama a su despacho.

Al despacho que tenía Guardiola en el Camp Nou: ‘Mañana, serás titular. ¿Estás preparado o estás cagado? No, no, no míster… ¡Estoy preparado! Entonces, me dice: ‘Pues vale’ Cuando salí de su despacho estaba como soñando. Iba por el pasillo pensando: ‘No se lo puedo decir a nadie, a nadie, eh’! Llegué a casa y solo se lo dije a mi madre y a mi padre.

Todos estábamos supercontentos. ¿Si dormí? No me acuerdo, pero me costaría dormirme, claro. Iba como flotando. Pero tenía la sensación de que iba a estar tranquilo durante el partido. No era mi primera vez en el Camp Nou, ya había jugado el Gamper, había hecho la pretemporada con ellos… No me pilló de buenas a primera, eh. Y al día siguiente, leo qué había dicho Johan Cruyff en EL PERIÓDICO. Me llegaba por todos lados".

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