FIN A CASI 67 AÑOS DE HISTORIA

El último día en el viejo templo del Camp Nou

Así será la fiesta de despedida del Camp Nou

Adiós al Camp Nou: ¿Podrán los socios llevarse algún recuerdo?

El exilio azulgrana a Montjuïc

Camp

Camp / Manu Mitru

Marcos López

Marcos López

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El sol entraba feliz en la inmaculada pradera del Camp Nou. Al borde de la línea, un grupo de turistas, ubicado justo enfrente del banquillo dan la vuelta al terreno de juego y miran hacia la grada, vacía y silenciosa en ese viernes donde el viejo templo culé agota nostálgico sus últimas horas de vida.

Desde abajo, ruidosos gritos de esos aficionados azulgranas retumban por las paredes de ese estadio, que cumpliría 67 años el próximo 24 de diciembre. "¡¡Messi, Messi, Messi!!", chillaban eufóricos esos turistas sin saber que a su espalda, y justo enfrente del palco, en la grada lateral del Camp Nou, andaba Joan Laporta grabando una entrevista, disfrutando de las últimos instantes de un recinto construido hace más de medio siglo, que asistirá el domingo a su inevitable fiesta de despedida. 

Ni una grúa había, eso sí, aún en los alrededores de ese Camp Nou que se ha transformado en el hogar del culé durante décadas y décadas, transformado en un escenario con vida. Con vida y con alma. Sus paredes, gastadas por el paso del tiempo y descuidadas desde hace años – su última remodelación data de 1994 – se levantaron como consecuencia del Barça de las cinco copas que hizo pequeño Les Corts, la penúltima casa del Barça.

La delantera soñada del Barça con Kubala en el centro.

La delantera soñada del Barça con Kubala en el centro. / ARCHIVO

Kubala, y su fútbol adelantado a la época (jugó desde 1950 hasta 1961) con una modernidad que todavía hoy sería vigente, provocó que se alzara orgulloso el nuevo templo del barcelonismo. 

Costó casi cinco veces más

No tenía ni nombre. Endeudó al club porque debía costar 66 millones de pesetas y acabó teniendo una factura de 288 millones, inaugurado en pleno franquismo, protagonista silencioso de la dura travesía por la década de los 60, inmerso el club, y su gente, en aquella fratricida pugna entre ‘kubalistas’ y ‘suaristas’, que terminó estrellándose en los postes cuadrados de la maldita final de Berna, la primera Copa de Europa perdida.

Camp Nou

Camp Nou / Manu Mitru

«Un estadio asimétrico»

El Camp Nou fue obra de Francesc Mitjans, que lo diseñó al 90% sin ser aficionado al fútbol, ni culé ni socio. Era primo hermano y vecino de Francesc Miró-Sans, el presidente que impulsó su construcción. Era, además, un arquitecto ecléctico, capaz de sintetizar "diversas vías", como confesó años después, tras visitar varios estadios de Europa. Pero no le convenció ninguno de los que vio, por los acabó creando un original Camp Nou.

Transitaron millones de sentimientos por sus viejas paredes. Desde los años de plomo a la creación del 'Dream Team' de Cruyff disfrutando de la perfección con el Barça de Guardiola

Acompañado de Josep Soteras y Lorenzo García Barbón, Mitjans ideó un estadio "asimétrico" mimetizado en el paisaje que lo acogía, a la salida de la Diagonal barcelonesa, producto, como escribió el arquitecto Ignacio López Alonso en el diario El País, del "rigor geométrico y ritmos estructurales".

El debut de Johan Cruyff con el Barça

El debut de Johan Cruyff con el Barça / ..

Una obra por la que transitaron millones de sentimientos. Años de plomo tras su nacimiento, producto del tremendo sobrecoste que supuso alzarlo. Años de penuria – casi 20 – hasta que apareció un revolucionario. Venía de Holanda. Y fue recibido en la Catalunya que oteaba, ahora sí, el final del franquismo como el ‘quinto Beatle’. Llego Johan Cruyff y el Camp Nou se erigió entonces en el santuario culé, al que acudían los devotos para impregnarse de la fe barcelonista.

El ‘holandés volador’

Una Liga solo ganó aquel Barça en la triste década de los 70, decían hasta con cierto desprecio. Pero no. No fue ese su mayor valor. Ganó el club y el equipo una idea al tiempo que dejó una imagen para el recuerdo, que se traspasa de generación en generación. El ‘holandés volador’.

El genio que cambió, ya desde el banquillo, la historia de este estadio y de este club para siempre. Le dotó de una mentalidad desinhibida, valiente, original y con un cuidado extremo por la forma, en la búsqueda casi utópica del arte. Johan voló y luego hizo volar a millones de culés en la construcción del ‘Dream Team’, que fue calificado años más tarde por Guardiola a este diario como la creación de "La Capilla Sixtina".

Camp

Camp / Manu Mitru

El inicio del nuevo testamento, prólogo de la perfección, antes de que Maradona fuera cazado brutalmente sin poder llegar después a ser Maradona. Antes incluso de que Romário deslizara su cuerpo para protagonizar 'una cola de vaca' de que Ronaldo se disfrazara de extraterrestre en el mismo escenario donde Rivaldo ejecutó una chilena que provocó que miles de culés pisaran su tierra sagrada, llevándose incluso el césped a casa. 

El jardín de Messi

El Camp Nou, que vio volar aquella paloma de la paz de Picasso que simbolizaba la inauguración del Mundial-82 de España, no intuía que lo mejor estaba por venir con Guardiola, ese niño que recogía pelotas en los tiempos donde se reinaba en la Europa menos, culé enloquecido, que sublimó la obra de Johan. Y se alcanzó la perfección con el cruyffismo sin Cruyff.

Busquets, Messi, Xavi e Iniesta, los capitanes de la campaña 2014-15.

Busquets, Messi, Xavi e Iniesta, los capitanes de la campaña 2014-15. / FCB

Entonces, el templo se convirtió en el jardín de Messi disfrutando de la perfección, retratada en ese trío de centrocampistas (Busquets-Xavi-Iniesta) que fusionaban la esencia de una idea. Talento argentino (Leo), clase catalana (Xavi), fútbol de la calle (‘Busi’) y elegancia manchega (Andrés). 

Camp

Camp / Manu Mitru

El Camp Nou, cada vez más viejo y menos cuidado, se quedaba pequeño. No había sitio para tanta gente, que vivía la vida a lo grande transformado el vetusto recinto en el museo contemporáneo del fútbol mundial, antes de sufrir una pandemia que lo dejó en silencio, convertido siempre lugar de encuentro y protesta (el pañuelo blanco ha desaparecido con el paso del tiempo) donde se ha debatido de política. Y de país. Queda aquel 1 de octubre con la represión policial en las calles y el balón rodando en solitario por el césped.

Al tiempo que las mujeres asomaban, al fin, para quedarse, batiendo récords de asistencia con Alexia Putellas, la mejor jugadora del mundo, quebrando techos de cristal.

Las paredes lloran ahora al sentirse solas, mientras el Barça trama ya el doloroso exilio a Montjuïc - de momento es año y medio, pero con las obras nunca se sabe cuando se regresa- abandonando su obsoleto hogar. Pero es su hogar. 

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