En Directo

Celebración festiva

Rúa del Barça 2023: Paseo de felicidad por duplicado en las calles de Barcelona

Correr es de campeones: la reconstrucción del camino del Barça hacia el título de Liga

El Barça conquista la Liga a lo grande

Fiesta de madrugada de la plantilla tras el derbi

Una rúa de alegría recorrió las calles de la capital catalana, teñidas de azulgrana otra vez como en los viejos tiempos por las dos Ligas conquistadas

fcb

fcb / AFP

Joan Domènech

Joan Domènech

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una rúa de alegría recorrió las calles de Barcelona, teñidas de azulgrana otra vez como en los viejos tiempos. Pero mejorados y nuevos tiempos para que el baño de masas fuera más completo. El Barça juntó a sus campeones y a sus campeonas de Liga para recibieran y disfrutaran del entusiasmo de la hinchada por los dos títulos. Que no eran los únicos y no serán los últimos. 

Al equipo de Xavi Hernández le quedan cuatro partidos de trámite después de sellar el alirón en el derbi con el Espanyol. Al de Jonatan Giráldez, entusiasmado blandiendo bengalas, le espera la final de la Champions el próximo sábado 3 de junio frente al Wolfsburgo en Eindhoven. «Tenemos la cabeza pensando en la final», reconoció Alexia Putellas, la capitana y la jugadora más enfocada de la plantilla femenina. 

Ilusión recíproca

Tres autobuses descubiertos partieron del Camp Nou y circularon hasta el Arc de Triomf para que jugadores y aficionados compartieran la alegría común. Cada equipo iba en su vehículo propio, con su fiesta particular, más comedida la de ellas, de creciente entusiasmo el de ellos, sin llegar al desfase de anteriores ediciones, con jugadores bebidos y sin camisetas. La cabalgata discurrió con lentitud, ya desde la partida desde el estadio, donde acudió una muchedumbre, aunque cumplió el horario previsto de las tres horas.

«Se ve que a la gente le hace ilusión vernos y a nosotros también; es muy bonito pasar este tiempo con ellos, tenerlos más cerca que nunca, y que disfruten», explicó Marc André Ter Stegen, uno de los pocos había participado en rúas anteriores junto con Sergi Roberto –«hacía muchos años que no la hacíamos y lo estamos pasando muy bien», comentó–, Alba, Busquets y Dembélé. Sin olvidar a Xavi Hernández, por supuesto, ahora con el chándal de entrenador, pero vestido con la camiseta conmemorativa igual que los demás. Ronald Araujo confesaba su condición de primerizo. «Nunca había vivido una de estas y ojalá vengan más», dijo, con la bandera uruguaya modo de capa. Raphinha se protegía con la brasileña. «Es mejor de lo que esperaba», aseguró dijo el extremo.

Imagen aérea del bus del equipo masculino.

Imagen aérea del bus del equipo masculino. / Zowy Voeten

El entusiasmo fue aumentando a medida que se consumían cervezas, con latas que iban de mano en mano. La mesura inicial fue transformándose en un progresivo aumento de saltos, sin que se alcanzara la cota del desmadre ni cesaran saludos y muestras de cariño a los aficionados, que también llenaron balcones. Koundé apareció por la tarde con una camiseta serigrafiada de un gol de Dembélé y con la polaroid para inmortalizar momentos. Lewandowski (11 ligas celebradas en Alemania) fue contagiándose del ambiente, igual que Christensen, otro de los recién legados. Franck Kessie estaba animado desde un principio.

Gratitud de ellas al club

«Lo que estamos viviendo es muy bonito y es de agradecer que el club montara esta rúa y que nosotras podamos vivir una experiencia como esta», confesó Aitana Bonmatí, campeona por cuarta vez consecutiva. Jonatan Giráldez, el entrenador, se confesó «un privilegiado», como la centrocampista, y sugirió que la Champions tal vez valdría otra rúa.

Las jugadores disfrutan del espectáculo desde el autobús.

Las jugadoras disfrutan del espectáculo desde el autobús. / Zowy Voeten

Centenares de aficionados siguieron la ruta a pie -Travesera de les Corts, Numància, Berlín, París, Balmes, Pelai, Fontanella y Trafalgar-, hasta el final y fue uno de los factores que ralentizó algo la marcha, ya que no había vallas que contuvieran la pulsión de la gente de acercarse a los autobuses. Solo participó el personal de cada vestuario, sin directivos a bordo. Joan Laporta les despidió en el estadio. El presidente, entre otros, necesitaba retirarse a descansar. Apenas había dormido tres horas.

Después la juerga de Cornellà-El Prat, oscurecida por la violenta irrupción de ultras blanquiazules en el césped, la directiva y los técnicos se reunieron para cenar y tomar unas copas, mientras que la plantilla ser dirigía a otro local después de otro emocionante recibimiento en Sant Joan Despí, de donde habían sido despedidos antes de partir hacia el estadio blanquiazul.

Laporta emprendió el camino a su casa cerca de las cuatro y antes de acudir a las nueve de la mañana a TV-3 había atendidos dos entrevistas a Catalunya Ràdio y RAC 1. Luego tuvo una reunión de la comisión delegada donde preparaban la rebaja de los precios de los abonos de Montjuïc.