ANDA PA'LLÁ BOBO

Los socios del Barça dan la espalda a Montjuïc

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

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El editorial del programa ‘Onze’ de TV-3 está muy en la línea de lo que piensa una buena parte de los socios y abonados del Fútbol Club Barcelona después de escuchar la propuesta, el plan, que la directiva que preside Joan Laporta ha preparado para el traslado al estadio Olímpico de Montjuïc, la próxima temporada, cuando empiecen las obras de remodelación del ‘estadi’.

“Se suspende la figura del abonado, no habrá ‘asiento libre’, no se podrá subir en coche a Montjuïc, subida de precios considerable…después de oír cómo será el escenario del exilio en Montjuïc deben haber muy pocos socios que les queden ganas de subir, la temporada que viene, al estadio Olímpico”, comenzó la editoral de ‘Onze’. “De hecho, parece una estrategia pensada para que el socio se quede en casa y poder llenar el estadio de turistas para poder hacer caja. No está mal jugado si solo se piensa en amortiguar la pérdida económica que supone tener que irse de casa pero, entonces, que no nos vendan ya nunca más que el Barça es del socio, porque ya no cuela”.

Otra dimensión

“Lo digo con cariño, con tacto, sin mala intención, pero lo digo: Laporta me parece un ‘Pinocho’, porque miente demasiado”, comenta Tano Faura, socio del Barça de toda la vida y presidente de la Peña Barceloista l’Avenç de Esplugues de Llobregat. “Yo, desde luego, a esos precios, que son precios de ‘guiris’, no iré a Montjuïc. Dicen que todo es porque es un productor nuevo. ¿Nuevo? ¿No es fútbol? ¿Qué es, fútbol en quinta dimensión? Me voy a conceder unos días de reflexión, no creo que esta pueda ser la propuesta definitiva: avisar seis días antes, no poder subir en coche, solo 3.500 motos y ¿qué pasa si la mía es la moto 3.501, me tengo que volver a casa?, un asiento distinto en cada partido, no poder compartir el partido con los amigos de siempre. Es un ‘todo por la pasta’. 30.000 a 1.000 euros por temporada, quiere decir que 30 millones nos sacan de pobres. No, hombre, no, las cosas no se hacen así”.

“Si tú reservas la mitad, ¡la mitad!, del aforo de Montjuïc para tus negocios, para vender, sin tener en cuenta que tienes 120.000 socios que, en teoría, son los dueños, estas lanzado un mensaje clarísimo: esto no es para los socios, es por la pasta”, señala Luchi Pereprat, uno de los tres únicos socios que esta noche estará en Vallecas, por cierto, “maravillosamente tratados, todo hay que decirlo, por el club, pues habíamos reservado para ir en el bus alquilado por el Barça y como solo somos tres socios los que nos apuntamos, ellos han añadido unos euritos y un hotel en Madrid y nos hemos venido en AVE”.

Los socios lamentan que el club no sea lo suficientemente sincero como para reconocer que necesitan recaudar dinero como sea

Tras reconocer, insisto, que el Barça también tiene sus cosas buenas, por ejemplo, la gente que se cuida de Barça Desplazamientos, Pereprat considera que, de nuevo, la junta no ha querdi contar la verdad. “Es tan simple como decir, no hay un duro y, encima, queréis un estadio nuevo, una plantilla que gane la Champions, el regreso de Leo Messi….pues eso vale dinero y debemos subir los precios. Solo quisiera recordar que lo primero que hizo Laporta en su primera presidencia fue subir los precios. Y, ahora, que llevo 40 años pagando ininterrumpidamente, de pronto, pierdo todos mis derechos. Vaya”.

Jordi Monturiol, expresidente de la peña Barcelonés Est y uno de los culés más activos que existen, no entiende por qué el Barça no le ha dado “más de una y dos vueltas” a la idea de realizar, tal vez, sí, con mayor lentitud, la remodelación del estadio por zonas y con la gente dentro, es decir, manteniendo la actividad aunque, en esos años, se fuera cerrando algunas partes del ‘estadi’. “No digo que fuese la solución, pero yo creo que no se ha valorado lo suficiente, sobre todo para la gente mayor, el calvario que supone subir a Montjuïc. Es más, es que no subirán, no. No me puedo imaginar un partido de Champions, en plena invierno, un miércoles por la noche. Sé que nuestra economía está como está, pero yo creo que esto es un golpe definitivo a la vinculación de la afición, del seguidor de toda la vida, con el equipo, más que con el club. Y de los precios, ni quiero pronunciarme: son precios para los japoneses, pero no para socios de toda la vida”.

Mosaico en defensa del català en la grada del Camp Nou

Mosaico en defensa del català en la grada del Camp Nou / JORDI COTRINA

Si hay alguien, bueno, muchos, muchos, que llevan al Barça en el corazón, uno de ellos es Ángel Pérez, presidente de la Peña Foment Martinenc, la segunda más antigua del mundo. “Después de la pandemia ya solo nos faltaba esto. Yo, el año que viene, cumpliré 50 años de socios y, sí, subiré a Montjuïc, pero porque voy en moto, de lo contrario no iría, no, porque no me creo nada de lo que han contado del servicio público, las lanzaderas, las escaleras automáticas, que no funcionarán…no sé, me parece todo muy esperpéntico. Y, encima, asiento distinto cada vez, avisar con antelación, todo muy engorroso”. Y, sí, Pérez también cree que se hubiese podido programar las reformas siguiendo jugando en el ‘estadi’ “pero, bueno, yo no soy arquitecto”.

“Yo ya sé, porque lo he preguntado, porque me lo han comentado, que casi el centenar de socios que tenemos en la peña no piensa ir a Montjuïc y pedirán un año de excedencia, lo que permite al club abrir la posibilidad de un abono anual a esos 15.000 o 20.000 aspirantes a abono que dicen estar en una cola interminable y hacer caja”, comenta Toni Blanchart, presidente de la Peña Barcelonista de Les Corts.

Blanchart, que está convencidísimo que las obras se alargarán durante dos temporadas enteras, es decir, no cree que la empresa turca Limak vaya a cumplir los plazos, por más sanciones que le impongan, considera que “subir los abonos entre un 33 y un 40% me parece una auténtica barbaridad porque, entre otras razones, la única pretensión que debería contemplar la junta de Laporta es que se llene el Olímpico de auténticos culés y no de gente de fuera que les da igual la vinculación con el equipo. El equipo nos va a necesitar también en el exilio y a esos precios y con tantas y tantas dificultades, sobre todo para la gente mayor, no tendrá el apoyo necesario para ganar”.

"Núñez reconstruyó dos inmensas partes del Camp Nou sin que nos perdiésemos un solo partido; bueno, sí, uno"

— Quim Molins / Arquitecto técnico, socio del Barça y portavoz de 'Un crit valent'

Quim Molins, socio de toda la vida, arquitecto técnico y líder del movimiento ‘Un crit valent’, asegura amar el Camp Nou como si formase parte del patrimonio de su familia, de su abuelo, de su padre, de sus hijos, todos ellos, como él, culés de toda la vida. Y Molins era partidario del antiguo Espai Barça y partidario del proyecto que se le adjudicó a los japoneses de Nikken Sekkei, que remodelaban el ‘estadi’ sin dejar de haber actividad en él, sin tener que ir a exilio alguno.

“Yo recuerdo que, en los 80, Josep Lluis Núñez construyó la tercera gradería sin perdernos un solo partido. Y recuerdo que, años después, hacia el 94, me parece, hizo una grada nueva, rebajó el campo tres o cuatro meses y nos perdimos un solo partido. Nikken Sekkei garantizaba la obra con 80.000 localidades, que eran las necesarias para cubrir socios/abonados, por ello me pareció una gran idea”, señala Molins, que está convencido del fracaso del ‘proyecto Montjuïc’.

No está tan enfermo

“Luego”, sigue explicando este arquitecto técnico, “nos hemos vuelto locos, en la magnitud de las obras, presupuestos y plazos, no creo que todo lo que se tiene que hacer lo hagan en una temporada, aunque, eso sí, harán dos filas de palcos, carísimos, que es con lo que pretenden ganar mucho dinero, le vaya o no bien a los socios y abonados”. Y todo, según Molins, porque dicen que la tercera gradería está enferma. “No, perdón, enferma no está, necesita reparaciones, tiene sus patologías, claro, como todas las obras que envejecen, pero si estuviese enferma usted no colocaría cada día de partido 80.000 personas dando saltos de alegría”.

A Molins, como a muchos de los consultados, les falta el discurso auténtico de Laporta: se acabaron los privilegios, debemos recaudar el máximo dinero posible y eso es lo que hay.

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