¿Quién llama a quién? ¿Leo a Xavi o Xavi a Leo?

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

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Emilio Pérez de Rozas

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El viernes hablaba con alguien muy cercano, aunque no dentro, de la estructura deportiva del Barça. Con alguien que se cruza por la Ciudad Deportiva ‘Joan Gamper’ con los que deciden sobre esa materia y, sobre todo, con el equipo de trabajo de Xavi Hernández. Y me dijo una frase que me dejó pensando: “Yo, a Xavi, todavía no acabo de ponerle cara de entrenador”.

Es posible (por otras conversaciones que he tenido con ese mismo técnico) que buena parte de ese juicio, para muchos, tal vez, excesivo dada la facilidad con la que el equipo construido por Xavi se ha colocado líder de LaLiga y se dispone a ganarla una semana de estas, esté motivado por la manera que está gestionando la campaña de regreso de Leo Messi pues, según todos los indicios (no desmentidos por el propio ‘míster’ de Terrassa), Xavi está loco, loco, loco con que vuelva ‘la Pulga’.

Ese teléfono

Hace unos días, inmediatamente después de que en el programa ‘Tot Costa’, de Catalunya Radio, tanto uno de los redactores que sigue el Barça como varios tertulianos dieran por válido, es más, confirmaran que Messi llama cada día a Xavi o intercambia continuamente washaps con el técnico culé sobre cómo ha visto al equipo, como juega, dónde encajaría él y demás, sí, sí, de eso dijeron que hablaban, aseguraron que es Messi quien da la paliza, hablé con una de las personas de comunicación del argentino y me dijo que ese diálogo, ese intercambio de comentarios, existe, sí, “pero es al revés, quien no para de llamar a Leo es Xavi y no al revés”.

Vale, puede ser un matiz, pero es un matiz importante. Mi contacto en la ‘Joan Gamper’ comparte el mismo argumento que defiendo yo, que no soy nadie en este lio. Yo creo que el regreso de Leo Messi sería la escenificación de un fracaso, del mayor fracaso de la historia del Barça.

Me explicaré. Después de más de dos décadas disfrutando del fútbol de ‘la Pulga’, nos pasamos las dos últimas temporadas reflexionando sobre “qué ocurrirá, que serái, del Barça cuando se fuese Messi”. Claro que jamás pensamos qué ocurriría cuando lo despreciasen, cuando lo rechazasen, cuando no lo quisieran, que es lo que hizo Joan Laporta nada más tomar posesión, de nuevo, del trono culé.

Xavi Hernández y Leo Messi en un partido entre el FC Barcelona y el Manchester United en mayo del 2011.

Xavi Hernández y Leo Messi en un partido entre el FC Barcelona y el Manchester United en mayo del 2011. / DPA / EUROPA PRESS

Y, sí, se fue Messi. Sí. Y resultó que había cierta vida. Que Xavi, precisamente Xavi, ese al que mucho aún no le ponen cara de entrenador, construyó un equipo que se convirtió en el dueño de LaLiga con capitanes nuevos (me temo que Ter Stegen decida irse si vuelve Leo), con empuje de la cantera (Pedri, Balde, Gavi, Ansu Fati…..), con un ambiente diferente (“somos una familia”, insiste el ‘míster’) y, sobre todo, la demostración de que hay una manera de olvidar el pasado y mantener ilusión por el futuro reconstruido.

Pero, de pronto, por intereses personales (Laporta necesita lavar esa mancha tan grande que tiene su corbata y recuperar aquel “lo de Leo lo arreglo con un asadito”), por intereses, dicen, económicos, por intereses, cuentan, mediáticos, todos deciden que Leo Messi debe volver. Incluido Xavi, sí, que ayer, por vez primera en muchas semanas, no quiso hablar del asunto. Pero, sí, sí, sea Leo quien llama, sea Xavi quien ‘washapea’, lo cierto es que el entrenador quiere contar con Leo.

El regreso de Leo Messi significaría la escenificación de un fracaso, la vuelta al pasado

Repito, lo que para muchos supone la demostración de un fracaso (no saber vivir, sobrevivir, sin Leo Messi, el temor que tenían muchos antes), para Xavi, al parecer, es un volver a nacer. Mal asunto ese. La vieja guardia, cuentan, se está frotando las manos. Busquets piensa en quedarse, Alba babea, Sergi Roberto sonríe, pero aquellos que se creyeron que empezaba una nueva era, aquellos que ayudaron a Xavi a reconstruir el ambiente de un vestuario viciado por la autoridad de Messi, que lo dominaba y decidía todo, todo, se van a sentir desolados y, tal vez, traicionados.

La sensación es que Xavi está dispuesto, como ya hicieron otros técnicos, a entregarse a Messi para seguir su proyecto basándose, tal vez, quién sabe, más en los veteranos, todos ellos amigos inseparables de Leo, que en la generación de Pedri, cuya posición, es evidente, parece destinada al argentino.

Repito: nos pasamos años meditando sobre qué sería del Barça sin Messi. Se diría que, por lo que intentan hacer Laporta, Yuste, Xavi, Alemany y Cruyff, la ‘era postMessi’ ha sido un desastre, un fracaso, por eso debe volver el salvador, en lo que muchos consideramos es el homenaje más largo de la historia del fútbol, un homenaje que durará, como poco, todo un año.

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