¿Tiene Laporta un conejo escondido en su chistera?

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

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Emilio Pérez de Rozas

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Telita: dos meses después de estallar el escándalo (según Javier Tebas, patrón del fútbol español, “el más grave de la historia”), Joan Laporta ofrecerá, el próximo lunes, una conferencia de prensa para la que, de momento, ya se han acreditado más de 100 medios de comunicación. No todos podrán preguntar, digo.

El caso es que estamos ante un momento histórico y la expectación hace que si el presidente (actual) del Barça, al que, en este sentido, le ha tocado dar la cara por todos los demás, no se saca un conejo de su chistera, no aclara un montón de dudas, no solventa con argumentos de peso y mucha verdad todas las preguntas que se le plantearán, corre peligro, no solo él, sino también el Barça, el club, el 'més que un club', de hundirse todavía más en la miseria. Si Laporta no tapona la sangría de desprestigio que rodea, en estos momentos, al Barça por culpa del ‘caso Negreira’, el título de Liga bajará aún más su precio.

Ya van tarde

El Barça y Laporta van con dos meses de retraso. La investigación ya está en marcha, liderada por Anticorrupción, mala cosa esa. Después de tanta espera, el presidente ni siquiera podrá eludir determinadas preguntas diciendo “nos lo estamos mirando”. Si algo les ha sobrado es tiempo. Y aunque todo el mundo le aplica a Laporta una memoria impresionante, es decir, que será capaz de verbalizar el discurso pactado con los abogados, incluso, con los letrados de los otros presidentes implicados, no debe descartarse que el ‘pit i collons’, la amenaza de llevarse por delante a todos los que han dudado del Barça, le traicione y aparezca algún “¡al loro, que no estamos tan mal!”, que pueda complicar judicialmente el caso.

Puede que el mayor problema de Laporta y del Barça sea que la verdad no se puede contar

La necesidad de lavarle la cara al Barça es evidente, pero eso solo se puede hacer con la verdad y, tal vez, la verdad no se pueda contar. Así que, posiblemente, Laporta mantenga, como ha hecho hasta ahora, la tentación de echarle la culpa al enemigo, a Madrid, hasta al Real Madrid (¿sigue siendo tan, tan, amigo de Florentino Pérez, que, incluso, se ha personado en la causa?), a Javier Tebas, a todos los que tratan, no solo de desequilibrar al Barça sino arrebatarle la propiedad al ‘soci’. Insisto, esa es una tentación demasiado exitosa entre los socios como para no argumentarla en el discurso inicial.

Cuentan que en el club hay muchos nervios. Normal. Si han tardado tanto en explicarse (e, insisto, veremos si las explicaciones convencen o aumentan las dudas), es porque no tenían respuestas para todas las preguntas. Es evidente que Laporta tratará de frenar, sobre todo, la posibilidad, la tentación, el temor de que la UEFA, que ya le tiene manía por promover la Superliga, les sancione sin invitar al Barça a la próxima Champions, castigo que no afectaría solo al equipo de Xavi Hernández sino también al fútbol femenino y al fútbol sala.

Joan Laporta en el palco del Camp Nou antes de un partido contra el Valencia

Joan Laporta en el palco del Camp Nou antes de un partido contra el Valencia / JORDI COTRINA

Es por ello que, en la línea de la carta remitida a la UEFA pidiendo calma, serenidad y que no se precipite, Laporta utilizará en su intervención, de entrada, la presunción de inocencia. Luego, pedirá que permitan al Barça defenderse en los tribunales. Asegurará, cómo no, que el Barça ¡jamás! ha amañado partidos ni comprado árbitros. Y, por último, denunciará una campaña de acoso y derribo con participación de medios de comunicación de Madrid y otros muchos protagonistas, aunque dudo que se atreva a dar nombres, apellidos y entidades.

Calentarse la boca

¿Reconocerá Laporta que ha estado mal pagarle, durante 17 años, un dinero enorme al segundo de los árbitros?, me temo que no. ¿Explicará por qué cuadriplicó la aportación (escandalosa) a la familia Negreira?, dirá que, cuando él entró, se añadió el trabajo del hijo y demás y que hubo que aumentar lo que se les pagaba. Puede que lo explique así, sí. Pero, tanto en un caso como en otro, deberá ir con mucho mimo y tiento, pues cualquier cosa que diga, insisto, puede pasar a engrosar la documentación de Anticorrupción y sus investigadores.

Ojo porque no sé si el lunes, ante semejante audiencia, con las explicaciones que debería dar, con las respuestas contundentes que está deseando y necesitando escuchar todo el mundo, incluidos los socios que le votaron y le apoyan (anoche mismo, el club activó, en su web, un buzón de avisos para que los socios denuncien cualquier acto de menosprecio que detecten en los medios de comunicación contra el FCBarcelona), digo, no sé si es el momento ideal para repetir la contundente amenaza que Laporta lanzó al aire hace unos días, en el sentido de “tengo muchas ganas de enfrentarme a todos los sinvergüenzas que están manchando nuestro escudo”.

“Tengo muchas ganas de enfrentarme a todos los sinvergüenzas que están manchando nuestro escudo”

— Joan Laporta / Presidente del FCBarcelona

Le estará escuchando todo el mundo. Estará pendiente LaLiga (le esperan, el próximo miércoles, para que dé explicaciones en la asamblea especial convocada por el ‘caso Negreira’) y, sobre todo, estará oyéndole la UEFA, cuya posible sanción teme el barcelonismo. De ahí que, insisto, el objetivo principal de la conferencia del lunes sea convencer a Aleksander Ceferin para que no haga caso del ruido que emana de España, que se espere al juicio final (y nunca mejor dicho) y que frene esa idea de dejar al Barça sin Champions. Lo que no parece contemplar Laporta y el Barça es que la UEFA no tiene por qué esperar al juicio en España, pues la decisión de "no invitar” al Barça a la próxima Champions no depende de sentencia alguna sino que se produciría “por daño reputacional al fútbol y a la máxima competición europea”.

Nadie espera que el presidente saque un conejo de su chistera, nadie. Si lo tuviese, ya lo habría mostrado.

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