La revolución imperfecta de Mateu Alemany en el Barça

Son cuatro mercados (dos de invierno y dos de veranos), 19 fichajes si se incluyen a Abde, ahora cedido a Osasuna, y los ‘experimentos’ Yusuf Demir y Emre Demir, que no llevaron a ningún lado para el Barça. 19 fichajes, con cinco grandes inversiones en tiempos de miseria económica (213 millones de euros) y 11 jugadores que vinieron a coste cero, algunos hasta como cedidos.

Pero solo tres se han asentado de verdad (Lewandowski, Christensen y el irregular Koundé) en la estructura de un Barça que vuela en la Liga y se estrella cada vez que sale fuera de España, da igual que sea la Champions o la Europa League (cuatro eliminaciones consecutivas en los últimos 16 meses).

Fue el propio Xavi quien, una vez concluido el mercado veraniego, le puso calificativo a la remodelación de la plantilla. "No me han hecho un plantillón a mí sino al Barça", dijo el técnico.

Pero hasta él, por muy cuidadoso que sea en sus mensajes, sabe que una revolución inconclusa. Inconclusa e incompleta que maniata a Xavi, que no para de pedir refuerzos para estimular a una plantilla descompensada y aligerada peligrosamente este pasado invierno, con la retirada de Piqué y la marcha de Memphis al Atlético y de Bellerín al Sporting de Portugal.

Pide y pide más Xavi, consciente de que tiene un grupo desequilibrado que se estrella contra sus propias limitaciones. Pide a un club estrangulado por la desbocada masa salarial. Ya lo era con Messi. Lo sigue siendo sin Messi.

Y el técnico, entretanto, busca suturar la herida abierta por el 0-4 del Madrid en la Copa, que devolvió al Barça a sus peores recuerdos, además de frustrar también la posibilidad de un ‘triplete’ nacional tras ganar la Supercopa y dominar con un colchón cómodo en la Liga.

Las lesiones de viejas piezas claves (Pedri, Frenkie de Jong y Dembéle) y nuevas (Christensen) han provocado hasta el apagón de Lewandowski, su mejor aval ofensivo, síntoma de esos problemas estructurales que anidan en la plantilla porque los recambios no se acercan al nivel deseado por el técnico a los titulares.

Año 1 de Alemany-Cruyff

Hasta ocho fichajes (cuatro en verano y cuatro en invierno) efectuó el Barça. Todos, excepto uno (Ferran) a coste cero, con la carta de libertad en la mano. O cedidos, como en el caso de Luuk de Jong (Sevilla) o Adama Traoré (Wolverhampton).

Una espectacular inversión económica en enero, justo cuando no se habían activado las palancas, debía ser el pilar de la reconstrucción deportiva del Barça de Xavi. El elegido era Ferran Torres, transformado ahora en una pieza secundaria.

Pero el Barça, que no tenía ni un euro entonces, activó una operación que se le fue hasta los 55 millones. Ahora es suplente, después de meterse en un bache psicológico al que no atibasba, según confesó él mismo, salida alguna.

La dirección deportiva del Barça, encabezada por Mateu Alemany y Jordi Cruyff, intentó tapar esos significativos agujeros que dañan la plantilla. Aunque no funcionó.

El equipo, tras los seis meses con Alves y otros seis con Bellerín, continúa sin un lateral derecho y sin recambio en la posición de delantero centro porque Luuk de Jong se marchó. Luego vino Aubameyang y salió bien, pero debió ser vendido para ajustar cuentas. Xavi lo quería en el vestuario, pero mandó la economía.

Se consiguió el imprescindible objetivo de entrar en la Champions como segundo clasificado. Pero el equipo se desplomó en el tramo final coincidiendo con la lesión de Pedri. Seis de esos ocho fichajes ya no están en el Camp Nou. Y los dos únicos que siguen (Ferran y Eric García) ya no juegan.

Año 2 de Alemany-Cruyff

El verano de las palancas. Dinero para reflotar a un equipo y activar así el círculo virtuoso en el segundo mandato de Laporta. Ha alcanzado para la Liga y la Supercopa, pero no para la Champions. Ni siquiera para la Europa League, condenado el Barça a vivir lejos de las elites del fútbol. Ni tampoco para la Copa.

Ocho fichajes, todos en verano. En el pasado invierno no tocaron nada Alemany y Cruyff para reforzar a un equipo que perdía a tres piezas de carácter secundario. Los problemas siguen siendo los mismos que hace un año. Xavi no tiene un nueve alternativo a Lewandowski ni un lateral derecho, puesto por el que han desfilado Araujo, Koundé, Sergi Roberto y hasta Balde, un lateral zurdo cerrado.

No tiene tampoco un recambio para Pedri, que lleva más de dos meses lesionado. Ocho fichajes y solo tres con impacto estable y continuado en el equipo, al menos en la Liga.

Sin desequilibrio

Los goles iniciales de Lewandowski han resultado fundamentales para alejarse del Madrid, mientras la consistencia defensiva de Christensen ha dotado de fiereza, pero solo en España, a la zaga, mientras Koundé, que ha transitado del eje al lateral diestro, no ha hallado una línea de rendimiento regular.

Las lesiones han destapado los problemas estructurales. En ataque, el Barça, con 53 tantos, es el líder menos goleador de las cinco grandes Ligas europeas

Raphinha, la inversión más cara del verano pasado, juega porque está lesionado Dembélé desde hace casi tres meses. Y con la lesión del francés, unida a la de Pedri, se ha percibido la más que evidente falta de desequilibrio ofensivo, con lo que se agrava más la 'soledad' de Lewandowski.

Gobierna el Barça, pese a esos problemas ofensivos, con extrema autoridad en la Liga, pese a ser el líder que menos marca en Europa (53 goles) en los cinco grandes campeonatos europeos: Bayern, con 77 tantos, se impone en la Bundesliga, Arsenal (72) en la Premier, Nápoles (66) en la Serie A italiana y Paris Sg (70) en Francia.

Sigue Xavi sin lateral derecho. Vino Bellerín en agosto y se marchó en enero. Sigue sin nueve. No tiene ni a Memphis. Y sigue, además, el técnico sin una alternativa a Pedri. De nuevo, lesionado. Era feliz Xavi con Aubameyang, pero para rebajar masa salarial tuvo que ser vendido en agosto pasado al Chelsea por 12 millones de euros.

Dos temporadas, viejos problemas y viejas complejas soluciones porque el Barça no puede este verano activar palancas. Ya no le deja Javier Tebas, el presidente de LaLiga, con quien anda enfrentado Laporta. Y el club, que ha pedido públicamente su dimisión por la intervención que ha tenido en el caso Negreira.

En ese incierto escenario trabajan Alemany y Jordi Cruyff para rellenar con éxito los huecos que siguen abiertos en una plantilla que va camino de conquistar la Liga. Para eso sí sirvieron las palancas del pasado verano.

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